ISLAMABAD.- La aviación norteamericana bombardeó nuevamente Kabul y otras ciudades afganas después de que el Presidente George W. Bush rechazara tajantemente la última oferta de los talibán de negociar la entrega de Osama bin Laden.
Los aviones estadounidenses comenzaron a sobrevolar Kabul aproximadamente a las 06.15 horas locales (01.15 horas GMT) y pasaron por encima de la capital al menos en tres ocasiones, al tiempo que las fuerzas de los talibán intentaban repeler el ataque disparando sus baterías antiaéreas.
Las imágenes captadas por varias cadenas internacionales de televisión mostraron varias columnas de humo en diversos puntos del norte de Kabul, donde, a pesar de los bombardeos, la población parece no perder la calma.
Según la BBC, el ataque destruyó el sistema de telefonía internacional de Kabul, montado pocos años atrás por una compañía china, aunque fuentes paquistaníes indicaron que la línea con la capital afgana dejó de funcionar anoche.
Después de los ataques de la pasada semana, que se concentraron en el aeropuerto situado a las afueras de Kabul, los de ahora parece que tienen como objetivo los acuartelamientos del régimen talibán, esparcidos en torno a la capital y algunos ubicados entre viviendas de civiles.
La ola de ataques diurnos sobre Kabul comenzó unas cinco horas después del bombardeo nocturno del domingo, llevado a cabo al menos por cuatro aviones que arrojaron bombas en las afueras de la capital, donde están ubicados los cuarteles de apoyo logístico a las tropas de los talibán que luchan contra las de la opositora Alianza del Norte.
El régimen talibán informó que el bombardeo efectuado la pasada noche del domingo sobre Qala-i-nau, la mayor urbe de la provincia Badguis, colindante con Turkmenistán, causó doce muertos y una treintena de heridos.
Desde que el pasado 7 de octubre las fuerzas anglo-norteamericanas comenzaron el bombardeo sobre Afganistán, y según la versión oficial de los talibán, más de 300 civiles han muerto, incluidos 200 en una pequeña aldea situada en las proximidades de la ciudad de Jalalabad, a unos 90 kilómetros de la frontera paquistaní.
Los aviones estadounidenses bombardearon además el lunes el aeropuerto de la ciudad de Mazar-i-Sharif, al norte del país, pocas horas después de realizar varias pasadas sobre éste, y arrojar al menos cuatro bombas.
También la zona este de Jalalabad fue el lunes blanco de las bombas y los misiles de la aviación estadounidense, que de nuevo disparó y lanzó proyectiles contra las bases del primer regimiento de los talibán, las cuales según la agencia afín al régimen "Afghan Islamic Press", fueron desalojadas la pasada semana.
En el perímetro de Jalalabad es donde Estados Unidos sospecha se encuentra una buena parte de los campos de adiestramiento de terroristas de la organización Al Qaeda, que desde en interior de Afganistán capitanea el multimillonario saudita, Osama bin Laden, principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
Cuando está ya en marcha la segunda semana de ataques y la capacidad de respuesta de los talibán sucumbe, el régimen ultraintegrista afgano continúa sin dar señales que indiquen que está dispuesto a entregar a Bin Laden sin condiciones.
El líder supremo de los talibán, el mullah Mohammed Omar, propuso el domingo entregar a Bin Laden a un país neutral, pero la oferta fue rechazada de inmediato, y de cuajo, por el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien insistió en que la entrega del terrorista "no es negociable".