SHANGHAI.- Los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush, y de China, Jiang Zemin, acordaron el viernes unir esfuerzos en la guerra contra el terrorismo, olvidando al menos temporalmente sus diferencias durante su primera reunión cara a cara.
"Hay un firme compromiso de este gobierno (chino) de cooperar en asuntos de inteligencia y de ayudar a prohibir la financiación de organizaciones terroristas", dijo Bush en una conferencia de prensa conjunta con Jiang, después del encuentro.
Los líderes, que se reunieron previo al inicio de la cumbre presidencial del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que tendrá lugar este sábado y domingo, dijeron que habían llegado a un acuerdo para luchar contra el terrorismo y mejorar las relaciones sino-estadounidenses.
"Entendemos de la misma manera la magnitud de la amenaza planteada por el terrorismo internacional", dijo Bush. "Creo que Estados Unidos y China pueden lograr mucho si trabajamos juntos para luchar contra el terrorismo".
El Presidente chino indicó que "no es sorprendente" que algunos temas dividan a las dos naciones y destacó que ambas comparten el objetivo de "trabajar juntas con el resto de la comunidad internacional para combatir el terrorismo".
"Es nuestra primera reunión, y tuvimos un intercambio profundo de posiciones y llegamos a un consenso sobre un número de asuntos importantes, como las relaciones sino-estadounidenses, la lucha contra el terrorismo y la protección de la paz mundial y la estabilidad", añadió.
Bush llegó a Shanghai en la noche del jueves para asistir a la cumbre de los 21 países del APEC y mantener reuniones bilaterales con varios mandatarios, incluidos Jiang y el Presidente ruso Vladimir Putin.
El Presidente estadounidense eliminó de su gira asiática las paradas en Tokio y Seúl luego de los ataques terroristas del 11 de setiembre que derrumbaron las torres gemelas en Nueva York y parte del Pentágono en Washington, de los cuales acusa al extremista islámico Osama Bin Laden, refugiado en Afganistán.
Bush reconoció que partió de Estados Unidos "en un momento muy difícil" en medio del temor a ataques bioterroristas con cartas con ántrax, preocupaciones sobre nuevos atentados e incertidumbre sobre las represalias estadounidenses por los ataques del mes pasado.
"Pero esta reunión es importante por la campaña contra el terrorismo, por los lazos entre nuestras dos grandes naciones, por la oportunidad y la esperanza que el comercio ofrece para nuestros dos pueblos", dijo Bush.
Jiang afirmó que "recientemente hubo una mejora en las relaciones bilaterales", afectadas en determinado momento por la visión de Beijing como un "competidor estratégico" y por la tensión generada luego que un caza chino y un avión espía estadounidense chocaran cerca de las costas de China.
El Presidente chino señaló que el tema de Taiwán, si es "manejado apropiadamente", no afectaría el "brillante futuro" de las relaciones bilaterales. Bush dijo que había "explicado" su posición sobre Taiwán, pero no dio detalles.
Taiwán, que China considera como una provincia rebelde, había anunciado más temprano que boicotearía la cumbre del APEC en protesta por la negativa "barbárica" de Beijing de no permitirle enviar a la reunión al representante de su elección.
Bush aludió a las preocupaciones estadounidenses sobre los derechos humanos en China y sobre la venta de armas y tecnología militar, y advirtió que la guerra contra el terrorismo "nunca debe ser una excusa para perseguir a las minorías", destacando "la necesidad de combatir la proliferación de armas de destrucción masiva y la tecnología de misiles".
Jiang dijo que deseaba mejorar las relaciones sino-estadounidenses, y afirmó que "China está preparada para hacer esfuerzos conjuntos con su contraparte estadounidense para desarrollar relaciones constructivas y cooperativas".
Sin embargo, aparentemente refiriéndose a la campaña estadounidense contra los talibán que gobiernan Afganistán, afirmó que debe evitarse la muerte de civiles y que las Naciones Unidas deben desempeñar un papel clave en el asunto.
Los dos líderes se pusieron de acuerdo sobre temas comerciales, y Bush dio su apoyo a la inminente entrada de China a la OMC.
"A largo plazo, el avance de la prosperidad china depende de la integración completa a las normas y reglas de las instituciones internacionales. Y a largo plazo, la libertad económica y la libertad política irán de la mano", añadió.