JERUSALEN.- Israel anunció en la madrugada de hoy, viernes, que a partir del sábado comenzará una retirada escalonada de las seis ciudades palestinas que ha vuelto a ocupar recientemente, pero al mismo tiempo envió a su Ejército a una incursión en el poblado de Deir el Balah, en la Franja de Gaza.
El mini gabinete de seguridad israelí anunció tras una reunión nocturna que el Ejército abandonará las seis ciudades autónomas palestinas ocupadas tras el asesinato del ministro israelí de Turismo, Rejevam Zehevi, pero advirtió de que la retirada será gradual y siempre sujeta a una situación de calma en esas ciudades.
La reunión especial del mini gabinete se celebró tras intensas presiones internacionales para que Israel evacuase estas ciudades, que pertenecen a la llamada "zona A" (bajo control total palestino).
Según fuentes cercanas a la reunión, los servicios de seguridad israelíes y palestinos, asistidos por representantes de EE.UU., negociarán a partir de mañana, sábado, la retirada de estas zonas, que comenzará previsiblemente en la localidad de Beit Yala, cercana a Belén.
La ocupación de estas seis ciudades desencadenó un recrudecimiento de la violencia de la actual "intifada", y ha causado la muerte de 50 palestinos y heridas a 520, según cifras palestinas.
En la jornada de ayer, jueves, cinco palestinos murieron por disparos del Ejército israelí, cuatro de ellos en Belén y un quinto en Tulkarem.
Israel explicó que la incursión en la "zona A" tenía por objeto capturar a los asesinos de Zehevi, muerto en un hotel de Jerusalén por un comando de al parecer cuatro personas, pero sólo han conseguido detener a dos de ellos, entre los que no se encuentra el que la Autoridad Nacional Palestina considera autor material, Hamdi Koran, quien se encuentra huido.
Casi simultáneamente al anuncio de la retirada israelí, la seguridad palestina denunciaba la incursión de tropas, acompañadas por tanques y excavadoras, unos centenares de metros en la parte este de la localidad, junto al asentamiento judío de Kfar Darom.
Según testigos, las excavadoras israelíes arrasaron un campo de frutales en medio de un intenso bombardeo desde los tanques, que no causó víctimas pero sí enormes daños materiales.
"Disparar contra viviendas palestinas, arrasar frutales llenos y cortar la principal carretera que une Deir el Balah con el resto de Gaza es una nueva escalada (de violencia) que nunca puede justificarse", señaló en un comunicado la Seguridad Pública palestina.