AFGANISTAN.- Incapaz de asaltar Kabul y estancada ante Mazar i Sharif, la opositora Alianza del Norte anunció hoy una gran ofensiva contra la ciudad de Talukán, mientras espera que otros grupos opositores abran nuevos frentes contra los talibanes.
El nerviosismo era evidente entre los comandantes de la Alianza que andaban en este cuartel general de un lado para otro con órdenes y contraórdenes con el nuevo objetivo de sus tropas: la venganza de la humillación sufrida hace poco más de un año en Talukán.
Este nombre de infausto recuerdo para la Alianza alude a la capital de Tajar, provincia afgana que podría estar ya en manos de la oposición si no fuera por la férrea defensa de los talibanes y desde donde acosan sin tregua a los opositores.
Hoy quedaron cancelados muchos viajes de los periodistas a las diferentes posiciones artilleras de la Alianza en Tajar y varios comandantes reconocieron que sus cañones se movilizarán para la "batalla decisiva" de Talukán.
Esta puede ser una lucha diferente a la guerra de posiciones de Kabul y Mazar i Sharif, pues es un secreto a voces que Talukán es defendida por algunos de los más fieros batallones "árabes" de los talibanes, compuestos por integristas musulmanes no afganos.
En su defensa también toma parte un contingente de paquistaníes, tal vez los mismos que en septiembre de 2000 ayudaron a su captura.
Junto al río de igual nombre, Talukán es la avanzada integrista hacia el vecino Tayikistán, a unos 50 kilómetros, y su toma por los talibanes fue considerada en Moscú y Dushambé como una amenaza directa contra las fronteras de las repúblicas ex soviéticas de Asia Central.
Ahora la reconquista de Talukán parece menos complicada que la de Kabul y Mazar i Sharif y puede dar a la Alianza la oportunidad de sacarse la espina de no tener un éxito militar destacado a pesar de los bombardeos estadounidenses sobre Afganistán.
Hoy de nuevo la gloria se la llevó el general uzbeko-afgano Abdul Rashid Dostum, quien lanzó una nueva operación de castigo contra las defensas de Mazar i Sharif y dijo haber tomado al menos 180 prisioneros.
Pero la realidad en Mazar i Sharif es que los talibanes están reagrupando sus defensas y que parece cada vez más difícil la toma de la ciudad sin una mayor contribución bélica de EE.UU..
Hoy se supo que, tras los ataques aéreos de las fortificaciones externas y ante el doble avance opositor de Dostum y el tayiko Ato Mohamed, los talibanes abandonan esos puestos y preparan una segunda línea de defensa.
La captura de Kabul ya ni se menciona o se deja como objetivo secundario tras la toma de Mazar y Talukán, debido a los recelos de EE.UU. a que los afganos del norte se hagan con el control de la capital y a la falta de capacidad bélica para su conquista.
Esta debilidad de la Alianza podría cambiar si cumple con sus promesas otro de los señores de la guerra opositores que hasta ahora se había mantenido en sus montañas del centro del país a la espera de acontecimientos.
Abdul Karim Jalili, el líder de los hazara que dominan las alturas de la provincia de Bamián, el corazón de Afganistán, dijo hoy que sus milicias "han logrado una ventaja moral y militar" sobre los talibanes en esos territorios.
Los hazara son despreciados por otras etnias afganas, dado su origen mongol y por ser musulmanes chiíes, pero sobre todo por los ultraortodoxos talibanes, la mayor parte de los cuales son de etnia pastún étnicos y además suníes.
Los cerca de 10.000 hombres de Jalili permanecían en las montañas de Bamiyán (provincia famosa por los dos gigantescos Budas de piedra que fueron dinamitados hace algunos meses por los talibán) pero esta situación puede haber cambiado.
"Ahora hemos ampliado nuestras posibilidades de combate en la región central de Afganistán y creado las condiciones idóneas para la guerra con los talibanes", afirmó Jalili.
Jalili aseguró que controla una zona de 80 kilómetros en torno a la capital de la provincia, también llamada Bamiyán, desde donde, a través del paso de Shebar, se puede alcanzar con facilidad Kabul.
Bamiyán está además comunicada con Mazar i Sharif por una carretera que sube hacia el norte y cuya captura puede poner en jaque el aprovisionamiento de los talibanes.
La apertura de un frente "hazara" desde Bamiyán podría impulsar las ofensivas de la Alianza contra Mazar y Talukán y asestar un golpe mortal a las defensas de los talibanes en el norte de Afganistán, señalan los observadores.