WASHINGTON.- La Casa Blanca negó hoy que la nueva ley antiterrorista estadounidense perjudique a los inmigrantes, y aseguró que está pensada para perseguir a los terroristas, independientemente de dónde nacieron.
La ley, que fue firmada hoy por el presidente estadounidense, George W. Bush, señala que el fiscal general o el director de inmigración pueden establecer que un residente extranjero es sospechoso de estar implicado con el terrorismo.
Estas personas pueden ser detenidas durante un período de hasta siete días, tras los cuales deben ser acusados formalmente o puestos en libertad, pero también pueden ser expulsados si han violado las leyes de inmigración.
Para el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, lo que se intenta es luchar contra "quienes puedan suponer una amenaza para Estados Unidos, tanto si son inmigrantes como si no".
Fleischer insistió en que la inmigración "es muy importante para el futuro de Estados Unidos", pero reconoció que "la seguridad debe formar parte de la política migratoria".
El portavoz aseguró que no tenía constancia de que el Gobierno de México hubiera comunicado a Washington su preocupación por esa ley.
Una semana antes de los atentados del 11 de septiembre y durante la visita de Estado del presidente de México, Vicente Fox, el Gobierno de Bush se mostró dispuesto a buscar soluciones para tratar de regularizar a los millones de inmigrantes ilegales mexicanos.
Fleischer no pudo decir si ese objetivo podrá cumplirse con la nueva ley antiterrorista, que busca un control más rígido de las fronteras, así como la vigilancia y expulsión de los inmigrantes ilegales en el país.
