GINEBRA.- Las organizaciones humanitarias de la ONU trabajan contra reloj para hacer llegar la máxima ayuda posible a la población civil en Afganistán antes de que el invierno impida el acceso y para proporcionar un techo a los refugiados que llegan a Pakistán e Irán.
Un portavoz de la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Ron Redmond, explicó hoy que han conseguido permiso de las autoridades pakistaníes para instalar once nuevos campos para acoger a los refugiados afganos.
Redmond indicó que esperan poder comenzar este fin de semana a alojar a los refugiados afganos recién llegados a Pakistán, la mayoría a través de pasos ilegales en las montañas.
El primer grupo que será realojado son las 3.000 personas que se encuentran en el campo de Killi Fazio, a dos kilómetros de la frontera de Chamán.
Estas personas, en su mayoría mujeres, niños, ancianos, enfermos y heridos, entraron en Pakistán con la autorización del Gobierno por su situación vulnerable y fueron alojados en Killi Faizo, que había sido abierto como campo de paso.
A partir del domingo serán trasladados al campo de Roghani, a unos 20 kilómetros y el trayecto será vigilado por ACNUR y las autoridades pakistaníes.
De esta forma, el campo de Killi Fazio quedaría libre para acoger temporalmente a las personas en peores condiciones, que es para lo que inicialmente se estableció.
ACNUR también está preocupada por otras decenas de miles de afganos que se encuentran en el campo pakistaní de Jalozai, cerca de Peshawar, así como por las 135.000 personas que han entrado ilegalmente en Pakistán desde el pasado 11 de septiembre y que no han acudido en busca de ayuda por temor a ser deportadas.
Redmond indicó que esperan poder comenzar la transferencia de los afganos que están en la zona de Peshawar la próxima semana hacia el nuevo campo de Kotkai, a cinco horas de viaje, a un ritmo de unas 500 personas cada día.
Kotkai tienen capacidad para unas 20.000 personas y está dividido en cuatro sectores, cada uno con un centro comunitario, una escuela y un lugar de juegos para los niños y también se está preparando una mezquita y un supermercado.
En Irán, ACNUR está almacenando elementos de ayuda para enviar a comienzos de la próxima semana hacia Herat, en el oeste de Afganistán.
ACNUR planea distribuir 2.000 cubiertas de plástico y 10.000 mantas para paliar las necesidades de más de 200.000 desplazados internos que viven en los campos de Herat.
El convoy será organizado junto a la Sociedad de la Media Luna roja iraní y saldrá de la ciudad de Mashad, en el noreste de Irán, a unos 250 kilómetros de Herat.
También en Herat se concentran las actividades de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que envía dos convoyes semanales desde Mashad para atender a los desplazados internos de los campos de Maslakh y Shaidayeee.
El portavoz de la OIM Jean Philippe Chauzy explicó que también se ha habilitado un pasillo humanitario para hacer llegar la ayuda desde Turkmenibat (Turkmenistán) a la provincia afgana de Faryab (noroeste).
La próxima semana se enviarán 20.000 mantas, 200 toneladas de galletas con alto contenido proteínico, una tonelada de azúcar y 100 rollos de tela plástica para tiendas.
Las mayores dificultades se están encontrando en la provincia de Bamiyan (centro de Afganistán), ya que los talibanes consideran que se ha enviado demasiada ayuda a esta zona, que no es de población pasthun, señaló Chauzy.
Los delegados de la OIM negocian con los talibanes para que les permitan seguir ayudando a la población de esta región y de la ciudad norteña de Kunduz.
Hasta el momento, el programa de preparación para el invierno de la OIM ha proporcionado ayuda a unas 54.000 familias, unas 325.000 personas, desplazadas por la sequía y el conflicto en ocho provincias -Herat, Kunduz, Faryab, Badghis, Balkh, Bamiyan, Badokshan y Takhar.