PALERMO, Italia.- Un hijo del gran jefe de la Mafia siciliana Salvatore "Toto" Riina fue condenado hoy a cadena perpetua acusado de participar en cuatro homicidios, con lo que sigue los pasos de su padre, en prisión desde 1993.
Giovanni Riina, uno de los tres hijos del que fuera el "capo" supremo de Cosa Nostra durante más de dos decenios estaba ya en la cárcel desde su detención en 1997 y ya contaba a sus espaldas con una condena de cuatro años por asociación mafiosa.
La sentencia hecha pública hoy por el Tribunal de Palermo considera probada la intervención del joven Riina en los asesinatos a sangre fría de cuatro personas en "su territorio" de la comarca de Corleone a lo largo de 1995.
Según algunos mafiosos arrepentidos que colaboran con la Justicia, uno de estos homicidios, el de Giuseppe Giammona, perpetrado con dos tiros en la nuca, lo llevó a cabo Giovanni Riina, bajo la supervisión del histórico mafioso Leocula Bagarella como una especie de rito de iniciación.
La pena que hasta ahora cumplía este joven mafioso estaba relacionada con el secuestro, estrangulamiento y posterior disolución en ácido del hijo de 12 años de un arrepentido.
Con la cadena perpetua que le ha sido impuesta hoy, Giovanni Riina, de 25 años, une su destino al de su padre, de 71, sobre el que pesan cuatro condenas de por vida y una quinta de 26 años.
Salvatore "Toto" Riina fue detenido el 15 de enero de 1993 en la capital siciliana, cuando Italia vivía bajo la conmoción de los recientes asesinatos, ordenados por él mismo, de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Con su arresto caía uno de los más sanguinarios "capo di capi" (jefe de jefes) de la temida mafia siciliana, en paradero desconocido desde los años sesenta, aunque condenado ya en rebeldía en 1986.
"Toto" Riina, apodado también "El Corto" por su baja estatura, tiene otros dos hijos, Giuseppe y María Concetta, a los que se puede ver en Internet, donde hacen publicidad de la concesión de maquinaria agrícola que regentan en su pueblo natal de Corleone.
A Riina le sucedió en la cúpula de Cosa Nostra Bernardo Provenzano, un enigmático personaje del que no se conoce ni siquiera su fisonomía desde hace más de 40 años.