DASHTIKALA.- Tropas de la Alianza del Norte irrumpieron hoy en Kunduz, el último baluarte integrista en el norte de Afganistán, donde “sólo el temor a la muerte” sostenía los últimos focos de resistencia taliban y de extremistas extranjeros.
En una operación paralela y con marcados signos de rivalidad, en la ciudad entraron por dos flancos las tropas de los generales de etnia uzbeka Rashid Dostum y del tayiko Mohamed Daud, el primero famoso por la toma de Mazar i Sharif, y el segundo de Talukán.
Las fuerzas de Dostum, las primeras en adentrarse en Kunduz a iniciativa propia por el oeste, al caer la noche combatían en las calles “aplastando la resistencia de grupos de integristas extranjeros”, según fuentes militares.
Para no ser menos, por el este también llegó a la ciudad Daud con un regimiento blindado y unos 5.000 hombres que arremetieron contra los defensores taliban en los suburbios de Kunduz, una ciudad de considerables dimensiones y densamente poblada.
El ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno afgano, Abdulá Abdulá, afirmó que los integristas oponían férrea resistencia a las tropas de Dostúm y que las fuerzas de Daud se habían quedado a las afueras de Kunduz en un intento de última hora de forzar la rendición voluntaria de los defensores.
Mohamed Habil, otro comandante de la Alianza, confirmó asimismo la resistencia de los talibán, pero aseguró que Kunduz será tomada sin falta para el mediodía del domingo.
“La toma de control total sobre la ciudad por parte de la Alianza del Norte es cosa de un día o dos”, dijeron a su vez en Dushambé fuentes militares tayikas que durante la jornada mantuvieron permanente contacto con los estados mayores de Dostum y Daud.
Un portavoz de la embajada afgana en Tayikistán que confirmó el comienzo de las operaciones para la toma de Kunduz, salió al paso de “versiones” sobre una supuesta rivalidad entre los generales Daud y Dostum para tomar cada uno la ciudad bajo su control.
El portavoz, Shamsuljak Orienfar, negó una “escisión” en la cúpula militar de la oposición y aseguró que “todos los generales al mando del comandante supremo, Mohamad Fahim, participan en la toma de Kunduz”.
La doble ofensiva de Dostum y de Daud se vio precedida por masivas rendiciones de talibanes afganos y hasta radicales, según algunas versiones, y la entrega de grandes cantidades de armas, transportadas hoy mismo a Talukán.
Dostum se apuntó la capitulación de más de 600 milicianos árabes, chechenes y pakistaníes, llevados a Mazar i Sharif, mientras Daud dijo que le habían entregado las armas 1.700 talibanes afganos y prometió alistar en sus tropas a los de etnia tayika y dejar ir a sus casas a los demás afganos.
Sobre los fayahidin extranjeros dispuestos a morir en Kunduz, Daud dijo que había que “exterminarlos”, mientras Dostum afirmó que debían ser internados en campos especiales y juzgados según la ley islámica de Afganistán, país donde “cometieron crímenes”.
Un grupo de 200 talibanes llegado en camiones para entregar sus armas personalmente en la retaguardia de Daud dijo que los radicales extranjeros, que antes mataban a los afganos dispuestos a rendirse, han decidido permitir a éstos marcharse para quedarse solos.
Un comandante de este grupo rendido dijo que ante la ofensiva de la Alianza del Norte y los bombardeos norteamericanos las fuerzas talibán “se han dividido en pequeñas facciones, a las que todavía une sólo el temor a la muerte”.
El guerrillero integrista dijo que los talibanes cometieron “un error” al respaldar incondicionalmente a la “bestia negra” Osama Bin Laden, el terrorista más buscado del mundo responsable de los cruentos atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
“Al principio creíamos que nuestra amistad (con Bin Laden) era correcta y sagrada, pero después él cometió graves crímenes en Afganistán y en otros países”, dijo el miliciano talibán.
Mientras, representantes de la Cruz Roja y la Media Luna Roja en Talukán pidieron a los mandos de la Alianza del Norte hacer lo posible por “minimizar las víctimas humanas, sobre todo entre la población civil” durante la toma de Kunduz.
Portavoces de la organización humanitaria también solicitaron que las tropas de Dostum y Daud no permitan juicios sumarios contra los mercenarios extranjeros y los afganos pashtunes, etnia mayoritaria del país que nutre sobre todo a las filas talibán.
Por otra parte, fuentes de la Alianza del Norte afirmaron que dos o tres aviones no identificados aterrizaron ayer en el aeródromo de Kunduz, controlado por los integristas, y después partieron tras haber subido a bordo “varias decenas de personas”.
La oposición afgana considera que son los servicios secretos pakistaníes que evacúan de la ratonera de Kunduz a sus soldados regulares y asesores militares, cuyo número en esta “bolsa” estiman en “300 efectivos, incluidos oficiales hasta el grado de coronel”.