WASHINGTON.- Los talibán que defienden aún Kandahar, en el sur de Afganistán, deben rendirse o "morirán", advirtió este domingo el secretario norteamericano de Defensa Donald Rumsfeld.
"Si no se rinden morirán", declaró por el canal de televisión NBC Rumsfeld, que comentaba la situación en Kandahar, el último bastión de los talibanes en el sur de Afganistán.
La guerra contra el terrorismo está "lejos de terminar", declaró además el secretario de Defensa, quien previno que había que esperar que los combates causen "víctimas" estadounidenses.
Las fuerzas militares estadounidenses harán "todo lo necesario" para sacar de sus cuevas y escondites a los talibanes y terroristas de al-Qaeda, sostuvo el secretario de Defensa.
Reconoció la dificultad que implica localizar y penetrar en los laberintos de cuevas que permean las montañas de Afganistán en varios niveles y constituyen un sistema sofisticado y autosuficiente.
No ha sido tomada una decisión sobre el envío de tropas de infantería para una búsqueda cueva por cueva. Por ahora, la campaña se limita a los ataques aéreos cerca de Kandahar, el último gran bastión talibán, y a las montañas al sur de Jalalabad, en el oriente de Afganistán. Además hay esperanza en que la recompensa de 25 millones de dólares proporcione informes sobre el paradero de Osama bin Laden.
Fuerzas antitalibanas dijeron que aviones estadounidenses bombardearon por equivocación uno de sus cuarteles en la zona montañosa en el oriente del país la mañana del domingo, y que mataron a por lo menos ocho personas. En el Comando Central estadounidense en Tampa, Florida, el vocero militar teniente coronel Mark Compton dijo que se investigan esos informes.
Cuando la cadena NBC preguntó a Rumsfeld si podría lanzarse gas venenoso dentro de las cuevas, el secretario hizo notar que las fuerzas de la Alianza del Norte inundaron los escondites de los talibanes en una fortaleza cercana a Mazar-e-Sharif, en el norte.
"Yo creo que se puede hacer cualquier cosa que sea necesaria", declaró Rumsfeld. "Quienes no se rindan habrán elegido su propia suerte", sentenció.
Rumsfeld dijo que no se sabe con exactitud cuántos combatientes talibanes quedan aún en Kandahar y sus alrededores, sólo que son miles.
"La tarea que queda por delante es particularmente sucia y desagradable", dijo. "Creemos que habrá muertes, creemos que habrá capturas", agregó.
Dijo que el principal obstáculo para traer fuerzas de otras naciones para asistir en la campaña estadounidense es la oposición de los propios funcionarios afganos antitalibanes.
