MEXICO.- El presidente de México, Vicente Fox, se refirió a la apertura democrática y la estabilidad económica como dos de los principales logros de su primer año de gestión, durante un breve mensaje a la nación que ofreció pocas novedades.
El discurso de Fox, que cumplió el pasado día 1 su primer año en la Presidencia, había despertado cierta expectación entre los mexicanos tras los últimos acontecimientos del país, como el anuncio de la creación de un Fiscal Especial para investigar al menos 250 desapariciones forzosas entre los años 70 y 80.
Sin embargo, el presidente se limitó anoche a insistir en el mensaje que ha repetido durante las últimas semanas, ratificó sus compromisos de campaña y pidió nuevas dosis de paciencia a los mexicanos.
Según Fox, "el cambio en México es ya una realidad que está a la vista de todos".
"México vive un proceso de apertura democrática como nunca antes lo había experimentado", agregó el mandatario, que aseguró que "la era del presidencialismo absoluto terminó, para sustituirla con los valores propios de un gobierno democrático".
La transparencia, dijo, es una de las características del nuevo Gobierno que, en su opinión, ha impulsado "una cultura de la legalidad".
"Dejamos atrás la violación constante a los derechos humanos", añadió el presidente, que aprovechó para denunciar que ha contado con "no poca oposición" en este proceso de "cambio" y que "algunos quisieran que todo quedara igual".
Vicente Fox se refirió a la transformación de las estructuras de los cuerpos de Seguridad, a la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad y la "fortaleza económica" de que, a su juicio, disfruta el país mientras "el mundo entero se ha visto sacudido por la mayor crisis económica de los últimos veinte años".
"Quiero decirles (..) que no se preocupen, porque no hubo ni habrá sobresaltos económicos como los que padecimos en otros momentos, en situaciones similares", afirmó.
"He dado muestras claras, con acciones concretas, de mi disposición a tomar el toro por los cuernos, de muchos problemas que habían permanecido rezagados por muchos años", apuntó.
El presidente reiteró que está atendiendo "cada uno de los compromisos de campaña", aunque comentó que "un año ha sido poco tiempo para lograr los grandes objetivos que ofrecí".
"Sin embargo, ha sido tiempo más que suficiente para dejar una constancia clara de que estamos dispuestos a garantizar las enormes transformaciones que queríamos para nuestro país", añadió.
Poco antes, en un acto público, Fox había insistido en que se siente satisfecho porque "supimos hacer una transición hacia la democracia sin perturbaciones, sin ruptura, con estabilidad, sin crisis o sin devaluaciones".
La "satisfacción" presidencial contrasta con las críticas aparecidas durante los últimos días en las prensa mexicana y las opiniones de analistas, intelectuales y legisladores de oposición.
Para la escritora Soledad Loaeza, este "amargo primer aniversario" concluye con una atmósfera dominada por "la inquietud y la incertidumbre".
En opinión del analista Jaime Susarrey, la estrategia del Gobierno durante este primer año ha sido "cero", mientras que para René Delgado es necesario que el presidente envíe cuanto antes "una señal clara de que tiene las riendas del poder".
Algunos comentaristas echaron de menos en el discurso de anoche alusiones al recorte en la previsión de crecimiento económico para este año, que ha pasado del 4,5 al 0,13 por ciento; cifras de desempleo; reformas pendientes, como la fiscal, o referencias al conflicto armado de Chiapas y las relaciones con los partidos de oposición, entre otros temas.
Según un sondeo difundido anoche por TvAzteca, en febrero pasado el 85 por ciento de los encuestados aprobaba la gestión de Fox, frente al 58 por ciento que lo hace ahora.
A principios de año, un 65 por ciento consideraba que Fox sería capaz de cumplir sus principales promesas de campaña, mientras que once meses después sólo un 44 por ciento lo cree posible, de acuerdo a la encuesta de la cadena televisiva.