BUENOS AIRES.- Mientras se incrementa la seguridad policial frente a supermercados del interior de Argentina y de áreas humildes en un intento por prevenir nuevos saqueos, el gobierno admitió que existe "tensión social".
Las autoridades locales, en tanto, repartieron unos 200.000 kilogramos de alimentos para frenar los saqueos que desde la semana pasada se han sucedido en distintos puntos de la Argentina jaqueados por la falta de actividad económica, altas tasas de desempleo y la creciente pobreza.
Las previsiones, sin embargo, no consiguieron contener a una decena de personas, que por la fuerza y rompiendo vitrinas con piedras, ingresó en un local de alimentos de las afueras de esta capital para tomar comida de los anaqueles.
No agredieron, sin embargo, a los empleados del local, dijo el supervisor del negocio, Cristian Rizzola.
"La situación es de tensión social", expresó el ministro de Trabajo José Dumón tras una reunión que mantuvo con otros pares y funcionarios provinciales en busca de encontrar soluciones a los intentos de saqueo que se repitieron en los últimos días frente a supermercados de distintos puntos del país.
Dumón admitió que los incidentes frente a los supermercados "tienen legítimos orígenes" y dijo que el gobierno nacional se comprometió a girar en los próximos días fondos adeudados a la provincia de Santa Fe, en cuyo territorio se produjeron saqueos.
El gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, por su parte, consideró que "el país arde y hay que apagar el incendio".
La tensión social se incrementó la semana pasada en todo el territorio argentino.
A una huelga nacional de 24 horas convocada por las tres centrales sindicales, siguieron saqueos de personas humildes a supermercados en las ciudades de Rosario, al norte, en la provincia de Santa Fé; Concordia, al norte, en Entre Ríos, y Mendoza, al oeste.
Otros intentos fueron sofocados, cuando los empresarios a cargo de las cadenas de supermercados entregaron mercaderías de primera necesidad -carnes, verdura, fruta, leche, arroz y pan, entre otros alimentos- a miles de personas que se concentraron frente a los locales.
Al borde de la cesación de pagos de la deuda pública, la economía argentina está en recesión desde hace 42 meses y las consecuencias sociales se hacen cada vez más evidentes. El desempleo trepó en octubre al 18,3% y la pobreza alcanza a casi 15 millones de argentinos.