BUENOS AIRES.- El ex Presidente argentino Carlos Menem pidió hoy a los dirigentes de su partido, el Justicialista (peronista), que "termine con las discusiones inútiles" y confirme a Ramón Puerta como jefe del Estado con mandato por dos años.
"Cualquier otra alternativa no es otra cosa que un nuevo intento de postergar la adopción de decisiones que no pueden demorarse", señaló Menem en una declaración pública.
Para el ex jefe del Estado, en Argentina "no hay lugar para interinatos incapaces de tomar decisiones, menos aún para la puja de candidaturas, ni para dilucidar internas partidarias, ni para inventos jurídicos de dudosa legitimidad".
"Por eso -siguió-, se imponen todos los renunciamientos sectoriales y personales que sean necesarios para salir adelante".
Menem, líder del Partido Justicialista, hizo pública su posición en momentos en que la fuerza política debate para definir quién será el nuevo presiente argentino tras la renuncia anticipada de Fernando de la Rúa.
La Asamblea Legislativa, dominada por el peronismo, se reunirá mañana, sábado, para designar al nuevo jefe del Estado y decidir si tendrá un mandato de carácter provisional (hasta que se convoque a elecciones) o si se mantendrá en el cargo hasta diciembre de 2003, cuando vencía el mandato de Fernando de la Rúa.
Hasta que vote la Asamblea Legislativa, el Poder Ejecutivo estará a cargo de Puerta, quien es el presidente provisional del Senado.
Pero varios dirigentes del PJ prefieren elegir un presidente por dos o tres meses y la apertura de un proceso que debe terminar en elecciones generales para superar la crisis.
Menem también hizo un análisis de la situación de desborde social que vivió Argentina antes de la renuncia de De la Rúa, con saqueos a negocios y supermercados y enfrentamientos que dejaron un resultado de 27 muertos.
"La situación del país no admite respuestas débiles. En las actuales circunstancias, hay que tomar medidas de fondo para restablecer la paz social, atender las carencias alimentaria más urgentes de los sectores humildes y defender la estabilidad monetaria", subrayó.
"Todo esto demanda configurar hoy mismo un verdadero Gobierno de unidad nacional que, sin urgencias electoralistas, implemente de inmediato un programa de emergencia capaz de afrontar ya mismo la situación de catástrofe que afronta Argentina", indicó.
El ex presidente (1989-99) también consideró que una devaluación de la moneda sería "lo peor que le puede ocurrir a Argentina", donde rige desde 1991 un esquema de Convertibilidad que establece que un peso es igual a un dólar estadounidense.
Opinó que una devaluación "afectará gravemente el salario de los trabajadores, los ingresos de los jubilados, el precio de los alimentos de primera necesidad, los ahorros de la clase media y los activos de las empresas argentinas".
