BELEN, Cisjordania.- Pese a un cielo despejado y un sol brillante, hubo poca algarabía esta Navidad en la ciudad considerada como la cuna de Jesús. Los turistas no acudieron a la región, atemorizados por más de un año de violencia, e Israel prohibió que el líder palestino Yasser Arafat hiciera su peregrinaje anual.
El patriarca latino Michel Saba ofició la misa matutina en Belén, y aproximadamente 300 personas se congregaron para una marcha vespertina en el cercano Campo del Pastor, en la ciudad de Beit Sahour, habitada principalmente por cristianos, donde según el Nuevo Testamento, los pastores que cuidaban sus ovejas fueron iluminados con la noticia del nacimiento del Mesías.
El grupo, que incluía residentes locales así como sacerdotes del exterior, oró en una iglesia cercana. La procesión anual más larga, desde la Plaza del Pesebre, a unos tres kilómetros de ahí, fue cancelada ante la falta de participantes.
"La situación es así. Tratamos de dar nuestro mejor esfuerzo por... ofrecer esperanza a la población local", dijo el padre Aurelio Mulestagno, quien es originario de Malta y estudia en un monasterio cercano.
Prácticamente sin peregrinos ni turistas durante este año, hubo pocas decoraciones navideñas. Hacia el mediodía, la Plaza del Pesebre se había convertido en un estacionamiento, mientras los residentes locales seguían con sus actividades de un día normal.
"A pesar de los tanques, los bloqueos y los bombardeos que su ciudad de Belén ha sufrido, les deseo a todos feliz Navidad y feliz Año Nuevo", dijo Saba a los feligreses en la misa matutina, refiriéndose a las acciones militares de Israel durante los últimos 15 meses de violencia.
Saba pidió también a los cristianos que permanezcan en Belén, de donde muchos han salido en los últimos años. "Protejan su identidad cristiana palestina y permanezcan en esta ciudad santa que atestiguó el nacimiento de Jesucristo", dijo.
"No percibo este año la alegría de la Navidad, pero estoy tratando de dar mi mejor esfuerzo para que mis niños la disfruten", dijo por su parte George Jacman, un residente de 34 años de edad, quien tiene cuatro hijos.
En la Nochebuena, miles de personas, en su mayoría palestinos locales, se reunieron en la Plaza del Pesebre. Varios carteles con la imagen de Arafat y banderas palestinas superaron en número a los elementos decorativos navideños frente a la Iglesia de la Natividad, una especie de fortaleza construida en el siglo IV que marca el lugar donde habría nacido Jesús.