RIO DE JANEIRO.- Centenares de familias del Estado de Rio de Janeiro, y principalmente de la ciudad de Petrópolis, pasaban este martes una trágica Navidad, en duelo tras 16 horas de lluvias torrenciales que dejaron al menos 43 víctimas mortales y 50 desaparecidos.
"En total contabilizamos 43 víctimas mortales en todo el estado de Rio de Janeiro, de éstas 26 en Petrópolis", municipio montañoso de 280.000 habitantes ubicado a 80 km de la ciudad Río de Janeiro, confirmó a la AFP el jefe de Defensa Civil del estado, responsable de las operaciones, Joao Bosco.
El gobernador, Anthony Garotinho, quien se desplazó al lugar, confirmó las cifras.
"Ahora nos concentramos en la búsqueda de desaparecidos y en intentar retornar los municipios a la normalidad", dijo el responsable de Defensa Civil, aunque advirtió que el parte meteorológico advertía de la posibilidad de nuevas lluvias, probablemente intensas.
En total son 50 las personas desaparecidas (eran 68 al inicio del día, pero 18 fueron localizadas durante la jornada) aunque Bosco afirmó que muchas podrían haber viajado en estas fechas navideñas. Además, en el estado, 2.000 personas se encuentran sin abrigo y 180 fueron provisionalmente evacuadas.
La ciudad de Petrópolis fue la más afectada con los derrumbes e inundaciones: "la situación es muy complicada", afirmó el gobernador, Anthony Garoninho, en el lugar.
Esta ciudad, que declaró la situación de calamidad pública, registró un saldo de 60 casas destruidas y 200 provisionalmente imposibilitadas para vivienda. La situación de la ciudad en este martes de Navidad, descrita por testigos, era de caos.
"Es un escenario de destrucción, con los efectos de los derrumbes y el agua desbordada, barro y basura por toda la ciudad", relató un testigo.
Efectivos de Defensa Civil y del Ejército acudieron al lugar, que quedó aislado por carretera, para ayudar en las labores de rescate y normalización, informó a la AFP el servicio de prensa de la alcaldía.
La ciudad de Petrópolis, localizada a 835 metros sobre el nivel del mar, con 70% de su área enclavada en una de las últimas reservas de la llamada Mata (selva) Atlántica, sufrió ya en 1988 una tragedia, también por lluvias, que provocó la muerte de 171 personas, confirmó la alcaldía.
Los daños provocados por las lluvias en el estado de Rio de Janeiro se elevan a cinco millones de reales (más de dos millones de dólares), según Defensa Civil.
"En el 80% de los casos las personas afectadas vivían en lugares no habilitados para la vivienda, pero se habían instalado en el lugar hace mucho tiempo y no querían salir", subrayó el gobernador.
"No voy a mentir: Nos habían prevenido de que en caso de lluvia fuerte debíamos abandonar las casas. Pero ¿para ir adónde? No nos vamos porque no podemos", dijo a la prensa Nadir Firmino, de 57 años.
La mujer perdió una hija y tres nietos después que un alud de barro y piedras detruyó la precaria casa en que vivían en una "favela" (villa miseria) de Río. "Dormíamos cuando escuchamos los gritos de mi hija y mis nietos. Escuchaba a la gente diciendo que estaban sepultadas y los oía pidiendo auxilio desesperadamente. No pude hacer nada porque estoy semiciega", dijo.
El gobernador destacó que el volumen de lluvias caídas en 16 horas corresponde al promedio de todo el mes de diciembre. Las ráfagas de viento alcanzaron los 81 km/h.
El Presidente, Fernando Henrique Cardoso, pidió al ministro de Integración, Ney Suassuna, que se desplazara a Río de Janeiro para seguir la situación.