CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Juan Pablo II realizó hoy un llamamiento para que 2002 sea un año bajo la égida "del amor y de la paz de Cristo" y pidió la olvidar "las enemistades" surgidas en el año que ahora termina.
Al dirigirse a los miles de fieles que acudieron hoy a la Plaza de San Pedro del Vaticano para el último rezo del Angelus de 2001, el Santo Padre recordó que cada año trae consigo "alegrías y dolor, problemas y nuevas posibilidades".
"Invito a todos -dijo- a concluir el año 2001 dando las gracias a Dios y a dejar a la espalda cualquier tipo de enemistad".
El anciano Pontífice, que apareció con aspecto fatigado, habló sin embargo con voz fuerte y clara al insistir hoy, Festividad de la Sagrada Familia, en la importancia de la institución familiar, "por la que pasa el futuro de la humanidad".
Recordó como Jesucristo pasó la mayor parte de su vida en el seno de una familia, y que ésta fue un ejemplo de las virtudes evangélicas de recogimiento, oración, comprensión mutua, respeto y disciplina, espíritu de sacrificio, trabajo y solidaridad.
El papa Wojtyla abogó por que las familias puedan disfrutar en su seno de "la serenidad, la alegría, la justicia y la paz que Cristo al nacer a ofrecido a la humanidad".
Sin embargo admitió que la familia en la actualidad, como el resto de las instituciones, "ha estado marcada por las profundas y rápidas transformaciones en el seno de la sociedad".
Juan Pablo II anunció que presidirá mañana en la Basílica de San Pedro, a las 17.00 GMT, un solemne Te Deum de agradecimiento por los dones recibidos en el año que termina.
