BUENOS AIRES.- Las protestas callejeras y los ataques a casas de líderes políticos sacudieron de nuevo este viernes a Argentina, donde siguieron los allanamientos a bancos en la investigación por una multimillonaria fuga de capitales.
Cercado por las presiones, el Gobierno aceleró los pasos para lograr apoyo externo, al anunciar el envío a Washington, a fin de mes, de una misión de los ministros de Economía, Jorge Remes Lenicov, y de Relaciones Exteriores, Carlos Ruckauf, para informar sobre el plan económico.
Millares de trabajadores que no pueden cobrar sus salarios y ahorristas que no pueden recuperar su dinero atrapado en los bancos por el impopular "corralito" (restricciones al retiro de los depósitos bancarios), se lanzaron a las calles, donde en algunos casos chocaron con la policía, con un balance de decenas de heridos y detenidos.
Buenos Aires también fue escenario de ruidosas manifestaciones, en pleno corazón de la 'city' financiera, perturbada al mismo tiempo por los allanamientos judiciales en busca de pistas de la fuga de unos 26.000 millones de dólares.
Los investigadores pusieron el viernes la mira en las casas centrales de los poderosos bancos estadounidenses BankBoston y Citibank, dos nuevos en la lista de los procedimientos iniciados entre el miércoles y el jueves.
El juez federal Norberto Oyarbide había confiscado antes documentos en el gigante británico HSBC, los españoles BBVA-Banco Francés y Río, el argentino Banco Galicia, además de la compañía aérea norteamericana American Airlines.
Mientras comerciantes y profesionales gritaban "¡Que se termine el corralito!", frente a la sede del Banco Central (BCRA, autoridad monetaria), los agentes judiciales actuaban a menos de una calle en sedes bancarias, registrando documentos.
Sin embargo Oyarbide, juez que pudo eludir el año pasado un juicio político en su contra al ser apoyado por parlamentarios del gubernamental Partido Justicialista (PJ, peronismo), admitió a la prensa que "no hay imputados, sólo sospechas e hipótesis".
La denuncia judicial señala, empero, las presuntas culpabilidades de Fernando de la Rúa (1999-2001), quien renunció a la presidencia en diciembre por una revuelta popular, y de quien fue su ministro de Economía, Domingo Cavallo, por haber hecho la vista gorda a la salida de capitales.
Los políticos, de paso, volvieron a ser blanco de la ira popular, al registrarse ataques con bombas incendiarias contra las casas del jefe del bloque de diputados del PJ, Humberto Roggero, en Córdoba (centro), y del vicegobernador radical de Entre Ríos (este), Edelmiro Pauletti.
Los denunciantes de la fuga de capitales, un grupo de parlamentarios y abogados, aseguran que el dinero fue transportado hasta el aeropuerto internacional de Ezeiza en unos 350 camiones de caudales, antes de que De la Rúa y Cavallo congelaran 65.000 millones de dólares y pesos en depósitos en diciembre pasado.
Pero Alfredo Piano, titular de la casa financiera homónima, declaró a la prensa que "la idea de la plata yéndose físicamente por vía aérea no es razonable, porque existen métodos electrónicos en el Siglo XXI".
La Casa Piano era un hervidero este viernes, colmada de gente que quería comprar dólares, dispuesta a pagarlo caro, a 2,10 pesos, más de un 40% del valor oficial fijado por el Gobierno (1,40).
El Banco Central no ha cesado de intervenir en la plaza vendiendo divisas estadounidenses para frenar la disparada del dólar, que también ha provocado un movimiento preventivo de compras en la Bolsa.
El índice bursátil líder Merval repetía su vigoroso ascenso del jueves, al trepar un 12% a media jornada, a raíz de que "se están reestructurando carteras, con preferencia por las empresas exportadoras", dijo a la AFP un analista de Galicia Valores.
Los agentes de Bolsa se han lanzado a posicionarse en algunas compañías como una manera de defenderse de la permanente devaluación, que ascendía al 34% respecto del valor oficial del dólar comercial a 1,40 peso.
El Gobierno del Presidente Eduardo Duhalde flexibilizó el jueves el uso de dinero en el "corralito", al facilitar los pagos de préstamos, saldos de tarjetas de crédito e impuestos, pero los retiros de dinero en pesos siguen restringidos fuertemente y ningún banco está devolviendo dólares.
En su afán por encontrar sustento exterior, Duhalde también habló telefónicamente con su colega estadounidense George W. Bush, quien insistió en que Argentina necesita un plan sustentable de crecimiento.
Lo que espera ansiosamente el Gobierno es que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe rápidamente ayuda financiera, pero la restitución de los créditos no llegará antes de un mes, dijo en Chile la subdirectora Gerente del organismo, Anne Krueger.