BUENOS AIRES.- El presidente argentino, Eduardo Duhalde, consideró hoy que Estados Unidos deber ser el “principal aliado” de su país para salir de la crisis económica y social por la que atraviesa.
Duhalde justificó su posición al afirmar que Estados Unidos es el país que “más podría incidir” para que los organismos financieros internacionales colaboren con Argentina.
En una entrevista con las agencias de noticias nacionales, el jefe del Estado argentino calificó de “muy buena” la charla telefónica que ayer viernes, tuvo con su homólogo estadounidense, George W. Bush quien, según Duhalde, le expresó su decisión de ayudar a su país.
“Nadie duda de la importancia que tiene para nuestro país tener muy buenas relaciones con Estados Unidos, porque es el líder indiscutible a nivel internacional y el que más podría incidir en que los organismos financieros nos den una mano”, sostuvo Duhalde.
En este sentido, el gobernante aseguró que aspira a que Estados Unidos sea el principal aliado de Argentina, aunque sostuvo que esto no significa que su país deje de lado su relación con sus socios del Mercosur y con las naciones de la Unión Europea.
“Estados Unidos debe ser nuestro principal aliado porque es el que lidera este nuevo proceso económico mundial, lo que no significa que descuidemos a nuestro principal socio, que es Brasil, al resto del Mercosur y tampoco a la Unión Europea”, indicó.
El mandatario admitió que nota un cambio de actitud de parte EE.UU. desde que asumiera la presidencia el pasado 1 de enero, cuando se temía que Duhalde aplicara políticas “proteccionistas”. “Creo que en la medida en que me conocen saben que esa no es una práctica que tenga que ver con la economía moderna y exitosa que yo he pregonado siempre por la integración argentina al proceso global”, explicó.
“Lo que pasa es que cuando uno habla de la protección de lo nacional, algunos quieren evocar el viejo proteccionismo de los países cerrados, lo cual es un absurdo que a nadie en su sano juicio se le ocurriría”, subrayó.
Duhalde señaló que, además de hablar con Bush, también conversó sobre eventuales programas de ayuda con los presidentes de México, Vicente Fox; de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, y de Chile, Ricardo Lagos.
Respecto a la conflictiva situación que supone el denominado “corralito financiero”, como se llama en este país a la imposibilidad de disponer libremente del dinero depositado en los bancos, comentó que el Gobierno trabaja para seguir flexibilizándolo “paulatinamente”.
Sin embargo admitió de forma implícita la imposibilidad de que los ahorradores en dólares puedan recuperar sus depósitos en la misma moneda, como prometió en su discurso de asunción.
La devolución de los depósitos “la vamos a hacer manteniendo el valor adquisitivo de lo que la gente puso, ya no en el billete (dólar) que no está. Hace dos meses nosotros emitíamos dólares porque cada peso valía un dólar, y ahora no”, reconoció.
Duhalde se comprometió a asumir “criterios de responsabilidad” en la emisión de moneda para evitar un proceso de hiperinflación y anunció que en el segundo semestre del año Argentina “irá hacia una libre flotación” de la divisa norteamericana.
Desde el 6 de enero, el gobierno fijó el cambio oficial del dólar en 1,40 pesos, tanto para la compra como para la venta, pero permitió operaciones en el mercado libre de divisas, que comenzó a funcionar el viernes 11.
El cambio oficial fue fijado para el comercio exterior y para las transferencias bancarias, mientras que el libre quedó para el resto de las operaciones, fundamentalmente en el mercado minorista.
Al cierre de las operaciones del viernes, el dólar se cotizaba en las casas de cambio a 1,75 pesos para la compra y a 2,05 pesos para la venta.