FLORENCIA, Colombia.- Militares acantonados al sur de Colombia están listos a avanzar al corazón de la zona desmilitarizada en poder de la guerrilla de las FARC, si fracasan este domingo las negociaciones para prorrogar su vigencia, en tanto que los temerosos pobladores prefirieron permanecer en sus casas.
Un vocero de la XII brigada del Ejército con sede en Florencia, capital del departamento de Caquetá (sur), dijo a la AFP que al menos 3.000 hombres están listos para avanzar a San Vicente del Caguán -sede de la zona despejada-, si así lo ordena el presidente Andrés Pastrana.
“Los soldados están listos para avanzar hacia San Vicente. Tenemos a los mejores porque la mayoría son profesionales curtidos y conocedores de todo tipo de terreno” explicó el oficial de alta graduación que aceptó hablar, a condición de no ser identificado.
Agregó que otros 2.000 hombres hacen presencia alrededor de la capital de Caquetá y de los seis principales municipios del departamento, para evitar eventuales incursiones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).
“La ventaja que tenemos -continuó el oficial- es que el Ejército ha cambiado muchísimo, tenemos más medios de transporte, más helicópteros, mejor infraestructura logística, y el gobierno nos ha entregado los medios presupuestarios para desarrollar la operación de retoma del Caguán”.
Pastrana dio plazo hasta la medianoche del domingo a las FARC para que se negocie un acuerdo que permita avanzar rápidamente a la firma de un cese del fuego y de hostilidades.
Las Fuerzas Militares colombianas permanecen acantonadas en estado de alerta desde la semana anterior, en espera de una orden de Pastrana para ingresar a la zona de 42.000 km2 en la antesala de la selva amazónica.
Ese territorio permanece desde noviembre de 1998 bajo el control de las FARC, después que el gobierno decidió desmilitarizarla unilateralmente para facilitar acercamientos de paz con la principal guerrilla del país.
El dispositivo militar fue puesto en marcha después que Pastrana pidiera a los rebeldes que dejaran la zona a partir del lunes pasado, en lo que parecía un acta de defunción del proceso de paz.
Pero está decisión fue suspendida in extremis por el mandatario tras la firma de un compromiso logrado el mismo lunes con la mediación de Naciones Unidas y de diplomáticos de 10 países, en el cual las FARC se comprometieron a acelerar el cumplimiento de compromisos adquiridos en octubre.
En esos compromisos se señalaba la necesidad de poner en marcha mecanismos para cesar la práctica de los secuestros de civiles (unos 3.000 al año), que los rebeldes utilizan como forma de financiación, y establecer medidas que protejan a los civiles del conflicto armado.
Pastrana debe informar este domingo si continúa con las negociaciones, o si por el contrario cancela la negociación y ordena la retoma de la zona desmilitarizada cuya vigencia legal vence a la medianoche del domingo (hora de Colombia).
Pero además de los soldados, también los pobladores de la región se mantienen a la expectativa. Habitantes de Florencia reconocieron que existe incertidumbre, y muchos de ellos, que acostumbran a salir el domingo a los balnearios cercanos, prefirieron quedarse en la casa.
“No sabemos lo que pueda pasar, y si algo sucede, Florencia se verá afectada, por eso es mejor andar con cuidado por estos días”, manifestó una humilde mujer mientras atendía un puesto de mercancías en el centro de la ciudad.