WASHINGTON.- Estados Unidos ejerce mayor presión para que el Presidente palestino, Yasser Arafat, controle el auge de la violencia en Medio Oriente, aunque admite carecer de ideas novedosas para tratar de contener la escalada de violencia en la región.
El secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, llamó nuevamente este miércoles por teléfono a Yasser Arafat para pedirle que detenga la violencia contra Israel, indicó el Departamento de Estado.
Powell también pidió al dirigente palestino aclarar del todo el asunto del carguero con armas interceptado por un comando israelí el pasado 3 de enero en aguas del Mar Rojo, y que según Tel Aviv estaba destinado a la Autoridad Palestina.
Powell "le dijo claramente una vez más que hace falta un responsable en el asunto del 'Karine A' (el navío interceptado) y que es necesario tomar medidas para controlar a los grupos que practican la violencia", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.
Washington "continúa pensando que Arafat puede hacer más" para aplacar las tensiones, agregó.
Arafat por su parte, pidió este miércoles a Powell que vuelva a enviar rápidamente a su emisario Anthony Zinni a Oriente Medio, declaró un responsable palestino en Gaza.
Arafat presentó esta solicitud durante una llamada telefónica de Powell a Ramalá (Cisjordania), donde se encuentra confinado por las autoridades israelíes desde el 3 de diciembre, precisó a la AFP el consejero del Presidente palestino, Nabil Abu Rudeina.
El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, afirmó el martes que todavía no se había fijado fecha alguna para el regreso de Zinni, quien efectuó dos misiones en la región desde noviembre, intentando en vano lograr un alto el fuego y reactivar las negociaciones.
"Por el momento, (Zinni) está de vuelta aquí. Estoy seguro de que se entrevistará con el secretario de Estado por teléfono o en persona y que volverá a viajar cuando lo juzguen oportuno y útil", declaró Boucher.
Las nuevas gestiones se realizan un día después de un ataque con arma automática en Jerusalén, en el que murieron dos israelíes y el autor palestino y en el que resultaron además unos 40 heridos.
Los palestinos por su parte, enterraron a tres miembros de Hamas en Naplusa, mientras la cuarta víctima de una incursión israelí en dicha ciudad, fue sepultada en Ramalá, más al sur.
La Casa Blanca también responsabilizó de la escalada de violencia al campo palestino y su jefe, al afirmar que el caso de tráfico de armas descubierto por Israel había "enormemente complicado" los esfuerzos de paz.
Según Israel, las armas transportadas por el 'Karine A' fueron comandadas por la Autoridad Palestina en Irán con el objetivo de intensificar los atauqes anti-israelíes.
Estados Unidos retomó estos argumentos, sin cuestionar directamente a Arafat, pero solicitándole con insistencia explicaciones urgentes. "Todo el buen trabajo y los esfuerzos que se hicieron fracasaron por culpa de este cargamento de armas comandado y pagado por la Autoridad palestina", declaró el portavoz de la presidencia estadounidense, Ari Fleischer.
Por otra parte, el portavoz del Departamento de Estado también indicó que Washington mantenía ya sus planes sobre la mesa, desde hacía meses, para intentar llevar la calma a la región, entre ellas las proposiciones del jefe de la CIA George Tenet y aquellas de la comisión internacional del ex senador estadounidense George Mitchell, y que no tenía nada más para agregar.
"Tenemos un plan, es el plan Mitchell y las medidas de seguridad de Tenet", declaró, tras agregar que su puesta en marcha con el objetivo de un regreso a la calma y de un reinicio del diálogo suponía una acción firme de Arafat contra los grupos palestinos radicales y los tráficos de armas.
No obstante, la Casa Blanca aseguró que Washington no contaba con abandonar sus esfuerzos. "El presidente nos ha hecho saber claramente que se mantiene comprometido, y que continuará trabajando con las partes para ver lo que se puede hacer", declaró Fleischer.