NUEVA YORK.- Líderes empresariales, políticos y religiosos asisten este jueves en Nueva York a la reunión anual del Foro Económico Mundial, depositando un voto de confianza en una ciudad que aún se recupera de los atentados del 11 de septiembre que destruyeron el World Trade Center.
El foro de cinco días, que se realizará en un elegante hotel a sólo cinco kilómetros al norte de la llamada "Zona Cero", donde se erigía el World Trade Center, es la primera gran reunión de ese tipo desde los ataques que desataron la guerra contra el terrorismo liderada por Estados Unidos.
Miles de policías y de otros cuerpos de seguridad custodian la sede de la reunión, convirtiendo partes de Manhattan en una virtual fortaleza y causando caos para los neoyorquinos que aún tratan de regresar a la normalidad, cuatro meses después de los ataques que mataron a unas 3.000 personas en Nueva York y Washington y afectaron la economía de la ciudad.
Dentro de las doradas paredes del hotel Waldorf Astoria, 1.000 ejecutivos de algunas de las compañías más poderosas del mundo se mezclarán con jefes de estado y ministros de finanzas para discutir los nuevos desafíos que enfrenta el capitalismo mundial. Y en el camino, tratarán de ganar jugosos contratos corporativos.
Gran variedad de líderes religiosos y culturales, así como representantes de unas 120 organizaciones no gubernamentales, también discutirán cómo los sucesos del 11 de septiembre han cambiado globalmente la dinámica de la política y la sociedad.
Es la primera vez que la reunión del Foro Económico Mundial se realiza fuera de Davos, una exclusiva instalación turística para ricos en los Alpes Suizos, en las tres décadas desde que fue fundado por el académico de origen alemán Klaus Schwab.
Schwab ha descrito la decisión de trasladar el Foro a Nueva York como un gesto de solidaridad con la ciudad.
Protestas previstas
Como en años pasados, manifestantes contra la globalización han prometido protestar en las afueras de la reunión contra lo que perciben como otro intento de una élite de decidir la suerte de la economía global tras puertas cerradas.
La policía, ansiosa por evitar violentos enfrentamientos callejeros como los que han empañado otras reuniones internacionales en los últimos años, ha acordonado varias manzanas de la ciudad.
Pero grupos anti-globalización que planean manifestaciones contra el Foro han acusado a la policía de exagerar la posibilidad de violencia por anarquistas y otros que perciben la reunión como una fiesta para una élite.
La primera protesta se realizará este jueves en la afueras de la cadena de tiendas Gap Inc., que los manifestantes acusan de usar mano de obra barata en algunas de sus instalaciones de producción.