BUENOS AIRES.- Argentina se encuentra envuelta en un conflicto institucional que involucra a los tres poderes del Estado, tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró la inconstitucionalidad de las leyes y decretos que impiden a la población disponer libremente de sus ahorros.
En el marco de una profunda crisis social y económica, el fallo de la Corte Suprema es analizado desde el punto de vista político, más que jurídico, en medio de las resistencias que ofrecen los argentinos a todo tipo de autoridad.
La pugna entre los poderes del Estado se produce en un cuadro de desprestigio en el que han caído la clase política en general y los responsables de administrar justicia, a lo que se agrega la furia de los argentinos contra los bancos, que aseguran que no tienen disponible el dinero que le han confiado sus clientes.
El fallo del máximo tribunal de Justicia llenó de preocupación al Gobierno, que teme que un aluvión de ahorradores invada los bancos para recuperar los depósitos y provoque la quiebra de buena parte del sistema financiero.
La decisión judicial se conoció un día después de que en el Parlamento se formara una comisión para estudiar 28 presentaciones efectuadas contra los nueve miembros de la Corte, de acuerdo con un mecanismo de juicio político que puede derivar en la destitución de los jueces del tribunal.
El presidente argentino, Eduardo Duhalde, acusó ayer formalmente a la Corte Suprema de Justicia de "chantajear" al poder político para evitar la destitución de sus miembros, acusados del mal cumplimiento de sus funciones.
"En realidad, no nos tomó por sorpresa. Cuando la Cámara de Diputados creó la comisión de juicio político comenzaron a chantajear a los diputados e, inclusive, hablaron con ministros del Ejecutivo nacional, exigiendo que no se les enjuiciara", denunció el presidente.
Añadió que el fallo contra el denominado "corralito" bancario fue la "respuesta" de la Corte a la apertura de los mecanismos de juicio político y se lamentó porque el fallo ha puesto en peligro "toda la tarea que se viene realizando para poder salir de esta tremenda crisis" social y económica.
El nuevo contexto llevó al Gobierno a suspender los anuncios de medidas económicas que se iban a concretar este sábado y, en cambio, el jefe del Estado llamó a una reunión de urgencia a sus ministros para estudiar la forma de salir de este conflicto.
Las denuncias contra la Corte Suprema se han acumulado en los últimos años sin que se le diera tratamiento formal en un Parlamento dominado por el Partido Justicialista (PJ) y la Unión Cívica Radical (UCR), las fuerzas políticas que gobernaron el país durante los últimos 18 años.
El Parlamento decidió impulsar la investigación después de que miles de argentinos protagonizaron una reacción popular con manifestaciones y "cacerolazos" en los que una de las principales demandas fue la renuncia de los jueces de la Corte Suprema.
Los manifestantes acusaron a los jueces del máximo tribunal de haber tolerado todo tipo de abusos, actos de corrupción en la clase política y en el poder financiero durante los diez años en los que Argentina estuvo dirigida por el neoliberalismo.
"Quien ha posibilitado con sus fallos que Argentina esté como esté, hoy se despacha con este agravio a la ciudadanía", señaló Duhalde en un espacio de comunicación que utiliza tres v por semana en la estatal Radio Nacional.
Advirtió a los argentinos de que no deben dejarse "engañar" y no crearse ilusiones de que podrán recuperar pronto los ahorros bloqueados en los bancos.
Desde el Parlamento se levantan ahora voces para apurar los trámites de juicio político contra la Corte Suprema, mientras que el Gobierno se ha visto obligado a diseñar contra reloj una nueva estrategia para la devolución de los depósitos y otro plan económico que encaje en el nuevo contexto creado tras el fallo del tribunal.
El Gobierno definirá cuándo hará los anuncios y su contenido, mientras se espera que el Banco Central de la República Argentina confirme o anule la decisión de disponer una feria cambiaria y bancaria para el lunes y martes próximos.