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Los periodistas, pesadilla de los soldados israelíes

Un convoy, con siete vehículos blindados de la prensa internacional, se dirigía hacia el cuartel general de Arafat, con la esperanza de ser testigos de la llegada del mediador estadounidense Anthony Zinni, cuando fueron interceptados por soldados israelíes, quienes los expulsaron violentamente.

05 de Abril de 2002 | 12:10 | AFP
RAMALLA, Cisjordania.- Dos jeeps del ejército se detienen con un rechinamiento de ruedas y, sin una palabra, salen los soldados, disparan tiros de advertencia y lanzan ensordecedoras granadas: los periodistas se han convertido en la pesadilla del ejército israelí en Ramallá (Cisjordania).

Este incidente se produjo en la mañana del viernes en la entrada principal del cuartel general de Yasser Arafat, donde el Presidente palestino está asediado desde el 29 de marzo.

Un convoy de siete vehículos blindados de la prensa internacional se dirigieron hacia el cuartel general de Arafat con la esperanza de ser testigos de la llegada del mediador estadounidense Anthony Zinni, que se reunió con el Presidente palestino.

Una vez en su destino, los periodistas sólo tuvieron tiempo de bajar de sus vehículos blindados antes de que llegaran los jeeps.

Un tanque Merkava se puso enseguida en posición para impedir el acceso a la explanada del complejo donde Arafat está atrincherado en un edificio con sus colaboradores y sus guardias.

Los soldados, unos doce y armados con fusiles M-16, efectuaron al menos media docena de tiros al aire para expulsar a los periodistas.

Un soldado apuntó su arma contra varios periodistas. Uno de los disparos tuvo por blanco el parabrisas de un vehículo de CNN que se enfrentaba a los jeeps del ejército, comprobó un periodista de la AFP.

Luego, los soldados lanzaron ensordecedoras granadas en medio del grupo de periodistas. Una granada estalló cerca del pie de un camarógrafo de Reuters, que milagrosamente salió ileso.

Al cabo de unos minutos de confusión, cuando algunos periodistas lograban llegar a sus vehículos, un soldado con un magáfono gritó en inglés: "Press out! Press out!" (fuera la prensa, fuera la prensa).

El convoy se dirigió entonces hacia el centro de la ciudad para hacer luego un rodeo y regresar a un callejón desde donde los periodistas pueden ver el cuartel general a unos cincuenta metros de distancia.

Dos vehículos de transporte de tropas blindados llegaron enseguida y una decena de soldados, con las armas apuntando a los periodistas, comenzaron a comprobar sus pasaportes y acreditaciones.

En medio de la confusión, algunos lograron escapar al control pero a otros, como al corresponsal del diario británico "The Telegraph", Iñigo Gilmore, les arrebataban los documentos.

De repente, un soldado nervioso irrumpió en medio del grupo de periodistas y comenzó a gritar en inglés: "Suban a sus coches! Abandonen inmediatamente el sector!".

Esta vez, los periodistas obedecieron las órdenes y volvieron a sus hoteles.

Ramallá fue decretada a fines de marzo "zona militar prohibida" por el ejército israelí, que ordenó a los periodistas abandonar la ciudad.

Aunque distendidos al principio de la ocupación de la ciudad el 29 de marzo, los soldados israelíes cambiaron progresivamente de actitud respecto a los periodistas.

En estos últimos días, varios periodistas, entre ellos un fotógrafo y un periodista de la AFP fueron detenidos a punta de pistola y obligados a sacarse el chaleco antibalas para ser registrados antes de que les autorizaran a continuar su camino.