BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino es optimista en cuanto a una pronta aprobación de leyes económicas que han sido puestas como condición para recibir ayuda económica externa, aunque el martes deberá enfrentarse a su primera huelga general.
Las negociaciones con los organismos multilaterales de crédito ’’están mucho mejor", dijo el ministro de Economía, Roberto Lavagna, al enumerar lo que definió como "avances" para cumplir los requisitos acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ese organismo impuso como condición para prestar la asistencia financiera la derogación de la llamada ley de subversión económica y la reforma de la ley de quiebras, además de un fuerte recorte de los gastos en las 23 administraciones provinciales y en la capital federal.
De cumplir esos requisitos, el Gobierno argentino tendrá vía libre para reanudar negociaciones con el FMI que le signifiquen el desembolso de fondos comprometidos anteriormente y que el presidente Eduardo Duhalde espera como maná para paliar la profunda crisis en que está inmerso su país.
Entre los "avances" enumerados por Lavagna figuran la discusión en el Parlamento de esas dos leyes económicas, que será retomada el miércoles, y el compromiso que hasta ahora han asumido siete gobernadores provinciales de reducir drásticamente el déficit de las cuentas públicas en sus distritos.
Precisamente, el ministro de Economía decidió aplazar el viaje que tenía programado para los próximos días a Washington a la espera de que un número mayor de provincias se sumen al acuerdo de recorte del déficit de las cuentas públicas y de que el Parlamento concluya el debate de las leyes de subversión económica y de quiebras.
Incluso -según dijo en una entrevista que publica hoy el diario "Clarín", de Buenos Aires- el Gobierno argentino recibirá mañana, lunes, "una fuerte señal" con la firma de préstamo por 700 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para financiar planes de asistencia social.
El convenio para ese crédito será suscrito por el uruguayo Enrique Iglesias, presidente del BID, y el Jefe de Estado argentino en una ceremonia que se desarrollará por la tarde en la Casa de Gobierno.
Pero ese mismo día, el Gobierno tendrá que disponer 750 millones de dólares para pagar un vencimiento con el Banco Mundial, pues de lo contrario Argentina también entraría en cese de pagos con los organismos multilaterales de crédito.
"Lo vamos a resolver el lunes por la noche, cuando tengamos que dar la orden de pago", dijo Lavagna sin explicar de dónde obtendrá esos fondos, aunque fuentes del Ministerio de Economía han anticipado que el Gobierno recurrirá a las reservas del Banco Central (emisor).
Un día después, el Gobierno enfrentará la primera huelga general desde que Duhalde asumió el poder, el primero de enero pasado, para completar el mandato hasta el 10 de diciembre de 2003 que dejó trunco el renunciado Fernando De la Rúa.
El cese de actividades, por doce horas, a partir de las 12:00 hora local (15:00 GMT) y una movilización frente a la Casa de Gobierno, fue convocado por un sector disidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central obrera.
Hugo Moyano, el principal líder de los organizadores de la huelga, no sólo pidió el cambio de rumbo económico y un aumento salarial de emergencia ante la devaluación del peso, sino también la renuncia del presidente Duhalde y que el Parlamento no apruebe las leyes que recomienda el FMI.
A esa huelga le seguirá otra el miércoles 29 de mayo, convocada por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), de orientación de centro izquierda y que agrupa a sindicatos de trabajadores estatales, maestros, profesores universitarios y aeronáuticos.
"En momentos de crisis la solución no se encuentra con medidas de fuerza, por eso les pido que hagan una tregua", pidió Duhalde en su habitual mensaje radial de los sábados que, en esa ocasión, tuvo al sindicalismo como principal destinatario.
Duhalde también envió un mensaje a los legisladores para que aceleren el tratamiento de las dos leyes requeridas por el FMI, ya que Argentina "tiene que cumplir" sus acuerdos para "poder reinsertarse en el mundo". EFE