BUENOS AIRES.- El Gobierno de Argentina estudia, a petición de las autoridades de los Estados Unidos, endurecer sus leyes migratorias y reforzar los controles en su extensa frontera, asegura hoy la prensa local.
El proyecto, elaborado por el Ministerio del Interior, prevé la deportación de aquellos extranjeros que hayan sido condenados y que se encuentren próximos a gozar del beneficio de la libertad condicional.
De las 6.552 personas que cumplen condena en las distintas cárceles federales argentinas, 1.171 son extranjeras, especialmente de países latinoamericanos, según destaca el diario "Clarín", el de mayor circulación del país.
De ese total de extranjeros, 251 son paraguayos; 246 uruguayos; 210 peruanos; 183 chilenos; 119 bolivianos; 33 brasileños; 22 españoles; 17 colombianos, 15 italianos, 14 sudafricanos y los 61 restantes de otros países.
La iniciativa gubernamental apunta, fundamentalmente, a derogar la prohibición de deportar a un extranjero que haya delinquido en el país hasta tanto no se cumpla la totalidad del período fijado como condena.
Según las fuentes citadas por el rotativo, hay un "alto grado de reincidencia" entre los beneficiados con la libertad condicional, lo cual conlleva que muchos continúen "indefinidamente" sometidos a procesos judiciales.
El Gobierno presidido por Carlos Menem (1989-1999) intentó sin éxito endurecer las leyes migratorias e, incluso, su ministro del Interior Carlos Corach culpó a inmigrantes peruanos y bolivianos por los altos índices de delincuencia en Argentina.
Los funcionarios consultados por "Clarín" admitieron que el proyecto de modificar las leyes de migración y de "reforzar" los controles fronterizos responde a una "expresa petición" del Gobierno de los Estados Unidos.
Las autoridades de Washington consideran que desde la llamada "triple frontera" (Argentina, Brasil, Paraguay), donde residen muchos inmigrantes sirio-libaneses, operan organizaciones de narcotraficantes y terroristas.
Las advertencias estadounidenses se transformaron en exigencias tras los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre que redujeron a escombros las Torres Gemelas de Nueva York y destruyeron parcialmente el Pentágono en Washington.