PARIS.- Existe el peligro de que la epidemia de sida, ya bien instalada, "se propague de forma rápida y extensa en ausencia de respuestas eficaces" en América Latina y el Caribe, donde cerca de dos millones de personas viven con el virus VIH y 200.000 de ellas se contagiaron en 2001, indica el informe ONUSIDA 2002, publicado este martes.
A fines de 2001, aproximadamente 1,9 millón de adultos y niños vivían con el sida en la región, "1,5 millón en América Latina y 420.000 en el Caribe", indica el informe
"La 100.000 defunciones por sida que se estima se produjeron en 2001 ha incrementado aún más el número de niños huérfanos a causa de la epidemia. En América Latina viven unos 330.000 huérfanos (130.000 de ellos en Brasil), y en el Caribe 250.000 (200.000 de ellos en Haití).
A fines de 2001, unas 170.000 personas recibían tratamiento antirretrovírico en América Latina, 105.000 de ellas en Brasil, país que produce sus propios medicamentos genéricos.
El Caribe es la segunda región más afectada del mundo.
"Doce países de esta región (incluidos República Dominicana, Haití y algunos países de América Central) tienen una prevalencia estimada del VIH igual o superior al 1%. En estas zonas, la epidemia está firmemente arraigada en la población general y se transmite principalmente a través del coito heterosexual", indica el informe.
El sida "es actualmente la principal causa de mortalidad en algunos países de la cuenca del Caribe, cuyas tasas de prevalencia en adultos sólo van a la zaga de las existentes en Africa Subsahariana", agrega, citando Haití, con una tasa de prevalencia en adultos superior al 6%, o Bahamas, con una tasa de prevalencia de cerca de 4%.
Este último país, al igual que Guaya, registra dos veces y media más decesos entre las personas de entre 15 y 34 años a causa del sida. En República Dominicana, la proporción de adultos contaminados permanece relativamente estable (2,5%), según datos recientes.
En América Central, la epidemia se agrava y se concentra principalmente en los sectores de la población socialmente marginalizados.
En México, la prevalencia del VIH entre los adultos todavía es inferiro a 1%, pero las tasas de infección son mucho más altas en determinados grupos sociales (hasta 6% entre los consumidores de drogas intravenosas y 15% entre los hombres que tienen relaciones homosexuales). Por lo demás, la epidema se propaga esencialmente mediante estos dos últimos modos de transmisión.
La movilidad de la población, intensificada por la desocupación y la pobreza, desempeña un papel importante en la extensión de la epidemia, señala el informe, que cita el ejemplo de México. "El comienzo de la epidemia del VIH en las zonas rurales de México puede rastrearse en el retorno de mano de obra agrícola que había trabajado en los Estados Unidos", indica.
Las tasas de prevalencia nacionales del VIH, relativamente bajas en la mayoría de los países de América del Sur y de América Central, no deben ocultar que existen una epidemia sólidamente implantada en grupos específicos de población, como los toxicómanos y los hombres homosexuales.
La toxicomanía es un factor importante de transmisión en Argentina, Chile y Uruguay.
En Brasil, los programas de prevención para usuarios de drogas intravenosas han permitido una reducción de la prevalencia en este sector de la población en varias ciudades. Además, "un estudio a escala nacional reveló que el uso de preservativos entre usuarios de drogas intravenosas había aumentado 42% en 1999 y 65% en 2000, otro indicio de que los esfuerzos sostenidos de información y prevención en el Brasil están teniendo frutos", explica el informe.
Durante ese periodo, la prevalencia del VIH entre los toxicómanos pasó de 65% a 42% en Santos, de 49% a 7 % en Salvador y de 25% à 8% en Río de Janeiro.
Se estima que "al reducir la morbilidad relacionada con el VIH-sida, el programa de tratamiento y asistencia del Brasil evitó 234.000 hospitalizaciones durante el periodo 1996-2000", según ONUSIDA.