MONTEVIDEO.- El gobierno uruguayo presentó el jueves al Congreso un proyecto de ley para intentar reactivar la debilitada economía, al mismo tiempo que enfrentaba protestas y presiones para cambiar al ministro de Economía.
Uruguay atraviesa una recesión de más de tres años, que se agudizó tras el desplome de la economía argentina, cuyos efectos golpearon hasta su sistema financiero, histórico refugio de capitales argentinos en tiempos de crisis.
Por la incertidumbre sobre la economía, el jueves el peso se desplomó 13,48 por ciento, a 24,85 unidades por dólar, la peor caída desde el 20 de junio, cuando el gobierno decidió dejar flotar la moneda en medio de una drástica merma de reservas.
El proyecto de ley incluye exoneraciones y reducciones de impuestos para el sector de la construcción, generador de empleo y que en el primer trimestre se contrajo 14 por ciento respecto a igual lapso del año anterior.
Debido a la recesión, el desempleo se halla en un nivel sin precedentes de 15,6 por ciento, lo que ha empujado a la miseria a miles de familias, en un país que tuvo siempre --al igual que Argentina-- uno de los niveles de vida más altos de América Latina.
La popularidad del presidente Jorge Batlle, del centroderechista Partido Colorado, está en su mínimo de 19 por ciento.
El proyecto incluye además refinanciación de las deudas de aportes jubilatorios de las empresas, una simplificación en los trámites para las inversiones y ceder a entidades privadas la construcción de obras públicas y la explotación del aeropuerto internacional de Carrasco, el principal del país.
Medidas para reactivar la economía y, en especial, la construcción, eran exigidas al Partido Colorado por su aliado, el Partido Nacional, a cambio de apoyar un proyecto de ley para ajustar el presupuesto quinquenal, con el que el gobierno ahorraría por medio de fuertes recortes al gasto público.
Uruguay debe bajar un abultado déficit estatal --que era de 4,5 millones de dólares en los 12 meses anteriores a marzo-- a 2,5 por ciento al final del año, meta pactada con el FMI.
El cumplimiento de esta meta es clave para que el gobierno acceda a fondos ya aprobados por el organismo, principalmente para auxiliar a los bancos que sufren desde febrero una sangría de depósitos por los temores de ahorristas locales y de Argentina a que la economía uruguaya colapse junto con la del país vecino.
Ministro en la picota
Mientras recibía el proyecto con medidas de reactivación, el Congreso era escenario de una interpelación al ministro de Economía, Alberto Bensión, por parte de la alianza opositora Encuentro Progresista-Frente Amplio, que exigía la renuncia del ministro y su equipo económico.
La interpelación, que se iba a extender hasta la madrugada, era acompañada por una protesta de varios cientos de personas que golpeando cacerolas entonaban consignas contra el gobierno, acusándolo de los altos niveles de pobreza y desocupación.
La izquierda acusa además al ministro de falta de controles en los principales bancos del país, dos de los cuales están intervenidos por el gobierno y que enfrentan demandas por fraude y desvío de fondos, vinculados con la crisis argentina.
No obstante, el pedido de renuncia -solicitado a través de una moción de censura al ministro- no prosperaría por falta de votos para aprobarlo.
El Partido Nacional, si bien ha criticado en algunas ocasiones al ministro, no estaba dispuesto votar una censura.
"El Partido Nacional, si integra un gobierno de coalición, tiene una actitud de solidaridad mínima con la gestión (del gobierno)", dijo a periodistas el ex presidente Luis Lacalle (1995-2000), líder de esta fuerza política.