WASHINGTON.- El gobierno del Presidente de Estados Unidos George W. Bush considera al Presidente de Irak Saddam Hussein una amenaza imposible de aplacar, y ha sugerido que no piensa aguardar a recibir pleno respaldo aliado antes de lanzar un ataque.
"Es menos importante tener unanimidad que adoptar la decisión correcta, aunque al comienzo parezca que estamos solos", dijo el martes el secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld.
En el curso de un animado diálogo con infantes de marina en Camp Pendleton, California, Rumsfeld pronosticó que la mayoría de los amigos y aliados de Estados Unidos respaldarán una acción militar norteamericana contra Irak si Bush decide enfrentar la amenaza de un enemigo pertrechado con armas de destrucción masiva. Hasta el momento, ningún aliado de Estados Unidos ha expresado su firme apoyo a un ataque contra Irak.
"Un correcto liderazgo encuentra siempre seguidores y simpatizantes", dijo Rumsfeld a miembros de la Primera División de Infantería de Marina, que le formularon numerosas preguntas acerca de una posible guerra contra Irak.
Cuando un infante le preguntó a Rumsfeld si creía que la victoria contra Irak podría demorar mucho tiempo en ser lograda, el secretario de Defensa no respondió directamente. Se limitó a decir que "no me parece útil el frenesí que rodea este tema".
En sus declaraciones en Camp Pendleton, Rumsfeld insistió en varias ocasiones que Bush no ha adoptado aún una decisión sobre Irak. Señaló que Estados Unidos y sus aliados necesitan pensar con cuidado acerca de las amenazas a la seguridad, especialmente por parte de terroristas que poseen armas de destrucción masiva.