CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II, al conmemorar el primer aniversario de los ataques contra Estados Unidos, calificó el miércoles el terrorismo de "despiadada inhumanidad", pero también instó a cambiar "las escandalosas situaciones de injusticia y opresión" que lo estimulan.
El Papa Juan Pablo II bendijo hoy a los cerca de 10 mil fieles que hoy asistieron al Vaticano, oportunidad en la que afirmó que el terrorismo nunca resolverá los conflictos entre los seres humanos.
El Pontífice de 82 años habló sobre lo que llamó "este muy triste aniversario" en una audiencia especial dedicada a conmemorar a las víctimas de los ataques con aviones de pasajeros secuestrados contra edificios emblemáticos en Nueva York y Washington.
El servicio religioso incluyó música de duelo y una oración por la paz.
"El terrorismo es y siempre será una manifestación de despiadada inhumanidad, y porque lo es, nunca resolverá los conflictos entre los seres humanos", dijo a unas 10.000 personas en el vasto auditorio del Vaticano.
"La violencia sólo puede conducir a más odio y destrucción", agregó.
Sin embargo, exhortó a los líderes mundiales a cambiar las "escandalosas situaciones de injusticia y opresión, que continúan afligiendo a tantos miembros de la familia humana, creando condiciones que son favorables para la explosión incontrolada de la sed de venganza".
Tras su mensaje, se leyeron oraciones especiales en varios idiomas, incluso en árabe, por las víctimas de los ataques y por la paz entre las religiones.
La oración leída en árabe pidió a los creyentes de todas las religiones "rechazar firmemente toda forma de violencia y dedicarse a resolver los conflictos con un diálogo sincero y paciente" a la vez que se respetan las diferentes historias, culturas y religiones.
Hablando en voz sombría en su discurso, el Papa dijo que las injusticias deben ser resueltas con medidas políticas y económicas urgentes y firmes.
Juan Pablo dijo que cuando se violan los derechos fundamentales en situaciones opresivas, "es fácil caer presa de la tentación del odio y la violencia".
Pero un año después de los ataques, el Pontífice indicó que no es suficiente conmemorar a las víctimas y orar por sus familias.
"También queremos interrogar las conciencias de quienes planearon y perpetraron ese acto barbárico y cruel", dijo.
"Un año después del 11 de septiembre del 2001, reiteramos que ninguna situación de injusticia, ningún sentimiento de frustración, ninguna filosofía o religión pueden justificar semejante aberración", agregó.