BERLIN.- Alrededor de 1,3 millones de niños y jóvenes palestinos viven desde el inicio de la segunda Intifada su peor situación humanitaria y el 80 por ciento de ellos sufre trastornos psicológicos, según datos difundidos hoy en Berlín por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
"La otra cara del horror es el progresivo empeoramiento de la situación social de los palestinos", señaló el jefe de la división alemana de Unicef, Dietrich Garlichs, quien precisó que uno de cada tres niños sufre hambre en los territorios ocupados.
El inicio de la llamada "intifada de Al Aksa" en septiembre de 2000 y episodios como la "operación muro defensivo", emprendida por el Ejército israelí a finales del pasado mes de marzo, así como las posteriores incursiones militares "han acelerado ese proceso", señaló el enviado de Unicef en Cisjordania y Gaza, Pierre Poupard.
Esa agencia de la ONU ha contabilizado desde entonces 395 menores muertos, 323 de ellos de Gaza y Cisjordania, y 72 en Israel, además de otros 7.000 niños palestinos que sufrieron heridas graves.
Poupard, quien cree que, a pesar de todo, "hay posibilidades de detener la violencia" en la región, manifestó que "los niños pagan el precio más alto en el conflicto y detalló algunos de sus intentos de convencer a las autoridades israelíes para que dejen de controlar a los niños que se dirigen a sus escuelas.
Lana Mohammed Kamleh, palestina de 16 años que reside en el este de Jerusalén e invitada por Poupard a Berlín, dio cuenta de su experiencia con esos controles.
"A las ocho de la mañana me levanto para ir a la escuela. No llego hasta las nueve o las diez, depende, porque tengo que esperar a que el soldado israelí del control, que muchas veces es de mi edad, me deje pasar, y cada día me pregunto si voy a sobrevivir en mi camino a la escuela", relató.
La joven, que nació en 1987, con la primera "intifada", contó que "de pequeña, mis amigos reconocían el tipo de bala por su aspecto o por cómo sonaba cuando la disparaban", y aseguró que la mayoría de jóvenes de su edad es capaz de identificar las distintas clases de tanques y aviones que operan en la región.
"La situación ahora es muy mala, los palestinos no pueden moverse libremente en sus propios territorios", denunció, e insistió en que "yo no soy política ni diplomática, pero sueño con el día en que no tenga que pasar por esos controles, con el fin de la ocupación y la creación de un estado palestino".
Hans Koschnick, miembro de la presidencia de Unicef en Alemania, apeló a ambas partes a evitar que los menores sean víctimas de la violencia, reclamó que las escuelas se conviertan en "recintos de paz" para ellos y que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) actúe para mantenerlos "fuera de la espiral del terror".
Además de promover programas de vacunación y reparto de medicamentos en la zona, esa agencia de Naciones Unidas lucha desde hace años para que las escuelas palestinas -275 de ellas situadas en pleno frente del conflicto y 185 dañadas por las fuerzas israelíes- mantengan abiertas sus puertas.
La pasada primavera, unos 600.000 alumnos palestinos no pudieron asistir a sus colegios en Cisjordania durante un mes y otros 120.000 no han podido iniciar ahora su curso escolar.
Medio millón de niños depende de la ayuda humanitaria para alimentarse, pues el 57,8 por ciento de las familias palestinas de Cisjordania y el 84,6 por ciento en Gaza vive con menos de dos dólares diarios.
El informe difundido por Unicef sobre la situación de los menores palestinos señala que la mayoría de ellos "es pesimista y no tiene esperanzas de que la situación mejore", y que "mientras muchos reaccionan con apatía, otros experimentan frustración, desesperación y patriotismo que derivan en una disposición a la violencia".
Con ocasión del Día Mundial del Niño, que se celebra el próximo día 20, Unicef reclama a israelíes y palestinos que actúen para mantener a los menores de edad al margen del conflicto.