WASHINGTON.- Los servicios de espionaje de EE.UU. fueron duramente criticados hoy por sus omisiones al no impedir los atentados del 11 de septiembre de 2001, en la primera audiencia legislativa pública sobre lo que sabía el Gobierno antes de esos ataques terroristas.
Un comité conjunto de la Cámara de Representantes y del Senado que efectuó las investigaciones sobre las deficiencias de las agencias de espionaje presentó hoy su primer informe del resultado de sus pesquisas, en una sesión en la que abundaron las acusaciones contra esas instituciones.
Durante seis meses, el grupo investigador entrevistó a unas 500 personas y analizó más de 400.000 informes secretos acerca de los movimientos sospechosos de organizaciones terroristas.
En opinión de varios legisladores, la detección de esas actividades clandestinas en la primavera y el verano de 2001 debieron servir de base al Gobierno para advertir al país sobre la posibilidad de atentados.
Uno de los testigos que comparecieron hoy ante el comité conjunto legislativo, Stephen Push, que representa a un grupo de familiares de las más de 3.000 víctimas que perecieron en los atentados, dijo que si el espionaje hubiera hecho su trabajo, su esposa Lisa aún estaría con vida.
Lisa Raines pereció durante el ataque al Pentágono, en las afueras de Washington.
En el mismo sentido se pronunció Kristen Breitweiser, que también representa a otro grupo de parientes de las personas que murieron en los atentados.
Breitweiser mostró a los asistentes a la audiencia el anillo de casamiento que portaba su esposo Ron cuando se vio atrapado en el interior de las Torres Gemelas de Nueva York, y que fue virtualmente lo único de él que se encontró en los escombros.
"Lo llevo en mi mano derecha, y allí permanecerá hasta el día que muera", precisó la viuda de 31 años de edad.
Ella y Push fueron los únicos representantes de las familias de las víctimas que prestaron testimonio ante el comité conjunto, aunque detrás de ellos permaneció al menos una docena de estas personas, vestidas de negro, apoyando sus críticas a los fallos de los servicios de inteligencia.
Por su lado, los senadores demócratas Joe Lieberman (Connecticut) y Robert Torricelli (Nueva Jersey), y los republicanos John McCain (Arizona) y Arlen Specter (Pensilvania) anunciarán mañana, jueves, su respaldo a un proyecto de ley para crear una comisión bipartidista que examine los factores y las causas que dieron lugar a los atentados de septiembre.
Ante la primera audiencia pública celebrada hoy, la coordinadora del informe, Eleanor Hill, leyó un resumen de 30 páginas sobre los resultados de las investigaciones de los fallos del espionaje que no evitaron los atentados del año pasado.
En la sesión se puso de relieve que la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la policía federal (FBI) y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) creyeron que los planes sospechosos que detectaron podían ser concretados contra intereses de EEUU en el extranjero y no directamente sobre objetivos en el interior.
Hill dijo que la NSA -responsable de interceptar y descifrar las comunicaciones internacionales-, había informado que, entre mayo y junio de 2001, detectó 33 comunicaciones indicando un posible e inminente ataque terrorista.
No obstante, Hill aclaró que ninguno de los informes de esta agencia facilitó información específica sobre dónde, cuándo o cómo iban a ocurrir los atentados.
El informe asegura que en abril del mismo año los servicios de espionaje también obtuvieron información relacionada con un plan terrorista no especificado que tendría como objetivo a los estados de Nueva York y California.
Añadió que, en junio de 2001, el centro antiterrorista de la Agencia Central de Información (CIA) supo que miembros relevantes de la red terrorista Al Qaida habían desaparecido y que otros se preparaban para convertirse en "mártires".
Algunos legisladores, como el senador por Alabama, Richard Shelby, el republicano de mayor rango en el comité de Inteligencia del Senado, abogan porque una comisión independiente continúe las pesquisas, una vez que este panel acabe su tarea, a finales de 2002.