LONDRES.- El Congreso anual laborista dio hoy su apoyo al Gobierno británico sobre una posible intervención militar contra el régimen iraquí y su programa de armamento no convencional.
Los delegados al congreso que se celebra en Blackpool, en el noroeste inglés, debatieron hoy dos mociones, una en la que se rechazaba la posibilidad de una intervención armada bajo cualquier circunstancia y otra en la que se permitía una ofensiva si la ONU da la luz verde para ello.
La primera recibió el apoyo del 40,2 por ciento de los delegados presentes en el teatro Imperial de Blackpool, mientras que el 59,8 por ciento se pronunció en contra.
La segunda fue aprobada por los representantes laboristas después de un recuento a mano alzada.
Con anterioridad, el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, había asegurado, en una intervención ante el Congreso, que la ONU se juega su autoridad en esta crisis.
Según Straw, si no se fuerza al presidente iraquí, Saddam Hussein, a cumplir las resoluciones de la ONU que obligan a su país a desarmarse, el régimen de Bagdad tendrá la impresión de que ha logrado salirse con la suya.
El ministro de Defensa, Geoffrey Hoon, comparó la actitud no intervencionista contra Irak con la mostrada por el Gobierno británico de Chamberlain antes de que Hitler desencadenara la Segunda Guerra Mundial.
Desde el comienzo del congreso, el domingo, el primer ministro británico, Tony Blair, no se ha apartado de su tesis de que el presidente iraquí, Saddam Hussein, tiene que desprenderse de sus armas de destrucción masiva.
Si bien ha dejado claro que busca un mandato de la ONU para lograr el retorno de los inspectores de armas, el primer ministro se ha mostrado determinado en todo momento a apoyar a Estados Unidos en una acción militar si eso fuera necesario para detener a Hussein.