MOSCU.- Los rehenes han sido liberados, y el teatro donde permanecían cautivos está bajo control, informaron hoy sábado fuentes oficiales rusas.
El Kremlin anunció también que en la acción murió Movsar Baráyev, jefe del comando checheno que asaltó hace tres días un teatro de Moscú. También se vio sacar del edificio a una veintena de cadáveres.
Serguéi Yastrzhembski, portavoz del Presidente ruso, Vladímir Putin, facilitó la información de la muerte de Baráyev después de una caótica sucesión de tiroteos, explosiones, muerte y evasión de rehenes.
"Otros muchos’’ guerrilleros chechenos "han sido aniquilados" en el asalto del teatro Dubrovka por unidades especiales de las fuerzas de seguridad de Rusia, dijo Yastrzhembski
Serguei Ignatchenko, un vocero del Servicio de Seguridad Federal, dijo que la mayoría de los rebeldes había muerto. Indicó que la operación para liberar a los rehenes comenzó cuando los rebeldes chechenos empezaron a ejecutar a los cautivos.
El Presidente Vladimir Putin estaba al tanto y seguía los sucesos, informaron agencias noticiosas rusas.
Los heridos fueron evacuados en ambulancias. Las autoridades buscaban a los rebeldes que hubieran podido escapar.
Previamente, funcionarios dijeron que dos rehenes murieron y dos resultaron heridos. Dos mujeres escaparon cuando soldados con fusiles de asalto empezaban a avanzar hacia el teatro.
Después de las dos muertes, las autoridades se comunicaron telefónicamente con los rebeldes, pero dijeron rápidamente que las negociaciones habían fracasado.
Bárayev, un joven caudillo que heredó una banda de rebeldes de su tío, el tristemente célebre Arbi Bárayev, había conducido el grupo de 50 hombres y mujeres fuertemente armados que tomó el teatro el miércoles, en un asalto audaz apenas a 4.500 metros del Kremlin. Bárayev murió durante el operativo de rescate.
Todo esto sucedió poco antes del amanecer del sábado, el plazo que habían puesto los rebeldes para empezar a matar rehenes si Rusia no cumplía su exigencia de declarar el fin de la guerra en Chechenia y retirar sus tropas.
La crisis comenzó el miércoles a la noche cuando medio centenar de rebeldes, entre ellos mujeres que decían ser viudas de guerra, tomaron el teatro. Desde el comienzo los rebeldes dijeron que estaban dispuestos a morir y a llevarse consigo a los rebeldes.
El viernes, el Presidente Vladimir Putin prometió que los rebeldes no serían muertos si liberaban a los cautivos.