WASHINGTON.- El FBI arrestó hoy en Michigan al hombre que se sospecha ayudó a John Allen Muhammad a comprar el automóvil presuntamente usado en la carrera de asesinatos que aterrorizaron a Washington durante tres semanas y que -según los mensajes que envió a la policía- el ex combatiente inició con el principal propósito de obtener dinero.
Nathanel Osbourne, de 26 años, es el copropietario del Chevrolet Caprice en el que Muhammad y su hijastro, John Lee Malvo, fueron detenidos el jueves en la madrugada en un estacionamiento de Maryland.
El contrato de compra del vehículo, cuya maleta tenía perforado un agujero desde el cual se podía disparar con un rifle, expresa que Muhammad compró el auto junto a Osbourne, un amigo que vivía en Nueva Jersey, por 250 dólares, en un negocio de venta de vehículos usados.
El FBI detuvo a Osbourne en la localidad de Flint e informó que es un testigo material de la causa -que en tres distritos abarca diez asesinatos- y que no está siendo investigado por las muertes.
Otras piezas que arman el puzzle
Entretando, los detalles que comienzan a emerger sobre el caso parecen indicar que la principal motivación de los dos francotiradores fue el dinero.
Una carta de tres páginas dejada una semana atrás en un bosque de Virginia por el veterano de la Guerra del Golfo y el adolescente jamaiquino está centrada en un excluyente reclamo: diez millones de dólares para poner fin a los asesinatos.
El mensaje, obtenido por el Washington Post, muestra que la pareja no era muy astuta. La carta, escrita a mano, contiene varios elementos que ayudaron a la policía a identificar a los dos presuntos asesinos.
El reclamo "no negociable" del mensaje era la transferencia de diez millones de dólares a una cuenta bancaria estadounidense conectada a una tarjeta Visa y utilizable para extraer dinero de cajeros automáticos.
Los francotiradores daban a la policía el código secreto y la fecha de caducidad de la tarjeta, pidiendo a las autoridades que estructuraran la cuenta de manera que fuera posible "retirar sumas ilimitadas de cualquier cajero automático en todo el mundo". También se incluía un plazo de pocas horas.
Pero ambos cometieron una ingenuidad. La tarjeta Visa había sido robada en marzo a un conductor de autobuses en Arizona. La cuenta fue cerrada después de algunos días porque los ladrones habían comenzado a utilizar la tarjeta para comprar gasolina en una estación de servicio en Tacoma, en el estado de Washington, la ciudad donde vivieron los francotiradores.
Otras revelaciones que surgen en las últimas horas señalan que agentes policiales desplegados en los diversos puestos de bloqueo montados en las carreteras de la zona durante las tres semanas de accionar de los francotiradores detuvieron por lo menos diez veces el automóvil de Muhammad y Malvo para una revisión.
El detalle del banco de datos computarizado de la policía explica que esa fue la cantidad de veces que el comportamiento de la pareja despertó sospechas de los agentes, quienes tomaron nota de la placa del auto.
Pero como ninguno de los dos era buscado por ningún crimen y los papeles del vehículo estaban en orden, en todos los casos los policías los dejaron marcharse.
Los investigadores estaban concentrados en la caza de una camioneta blanca, vista por algunos de los testigos de los ataques. "El problema de fondo era que buscábamos esa furgoneta blanca manejada por un conductor blanco, y terminamos con un automóvil azul con dos afroestadounidenses a bordo", explicó el jefe de la policía de Washington, Charkes Ramsey.