JERUSALEN.- Luego de que fracasaran las negociaciones entre el Primer Ministro de Israel, Ariel Sharon, y el partido laborista para llegar a un acuerdo sobre el presupuesto de 2003, los ministros de Defensa, Binyamin Ben Eliezer; de Relaciones Exteriores, Shimon Peres; y de Cultura, Matan Vilnai, todos laboristas, presentaron su renuncia, quebrando la coalición de Gobierno y allanando el camino a nuevas elecciones, posiblemente dentro de 90 días.
Después de dos horas de intensas conversaciones en el Parlamento, el titular de Defensa presentó su renuncia a Sharon, luego de que no conseguieran resolver una divergencia de forma, con el Primer Mandatario, sobre el texto del acuerdo de principio alcanzado por el Likud y el Partido Laborista a primera hora de la tarde.
Dicho acuerdo, que debía poner fin a la crisis política más seria en Israel desde que Sharón llegó al poder en marzo de 2001, fue redactado a primera hora de la tarde con las gestiones del ministro de Justicia, Meir Shitrit, y de Exteriores, Shimón Peres.
La carta de dimisión de Peres fue enviada al despacho del Primer Mandatario por una de sus secretarias, indicaron fuentes oficiales.
"El partido Laborista ha decidido votar contra el presupuesto del Estado y todos los ministros están entregando sus cartas de renuncia", dijo Peres a la prensa después de que el líder del partido y ministro de Defensa, Binyamin Ben-Eliezer, entregara personalmente a Sharon su renuncia.
Al preguntársele sobre cómo se sentía por su dimisión, Peres dijo: "Siento como que estoy en una crisis".
El ministro de Cultura, en tanto, anunció directamente que presentaba su dimisión.
Se espera que los dos ministros laboristas restantes en el Gobierno de Ariel Sharon, Dalia Itzik (Industria) y Efraim Sneh (Transportes) hagan lo mismo en las próximas horas.
El Partido Laborista exigía a Sharón un recorte de US$150 millones en los presupuestos destinados a los asentamientos judíos para destinarlos a ayuda social en los colectivos más pobres.
"No llegamos a un acuerdo sobre el presupuesto, pese al hecho de que en los últimos tres días el Primer Ministro demostró flexibilidad", declaró a la prensa el ministro de Finanzas, miembro del Likud (derecha).
Fuentes parlamentarias habían informado que las conversaciones estaban estancadas porque Ariel Sharoj no quería que en el documento apareciera la palabra "asentamientos" ni ninguna otra que hiciera referencia a ellos.
En un escueto texto, ambos partidos habían acordado que los recursos nacionales debían distribuirse de forma "equitativa", a lo que los laboristas quisieron añadir "entre los distintos colectivos" de la sociedad israelí.
Sin embargo, Sharón se opone a esa cláusula, porque deja implícito un recorte presupuestario a los asentamientos judíos, lo que podría costarle caro en una eventuales elecciones internas en el Likud.
Según el diputado laborista Efi Oshaya, el Primer Ministro se niega a transferir US$150 millones de la ayuda destinada a los asentamientos judíos a un reparto igualitario entre otros sectores.
Sharon, en tanto, declaró que continuará dirigiendo a la nación, dando a entender que no convocará a elecciones anticipadas producto del quiebre de su coalición de Gobierno.
"Continuaremos dirigiendo la nación de manera responsable y esclarecida", dijo el Jefe de Estado en un discurso ante la Knéset (Parlamento) luego de la renuncia de los ministros.
"Hicimos todo lo posible para preservar el Gobierno, pero a pesar mío hay quienes creen que ha llegado el momento de disolver el Gobierno", dijo el ministro de Hacienda Silvan Shalom, del Partido Likud de Sharon.
En tanto, el legislador laborista Haim Ramon, quien desafió a Ben-Eliezer por el liderazgo del partido en las primarias del 17 de noviembre, dijo: "Me siento contento de no ser socio en un Gobierno que es un fracaso en todos los aspectos de la vida", dijo Ramon, quien agregó que "debemos abandonar el Gobierno y presentar una alternativa".
La crisis dificulta aún más los planes de paz
Si es disuelta la coalición, Israel tendrá que adelantar las elecciones, posiblemente dentro de 90 días. La votación ordinaria debería haber tenido lugar en noviembre del 2003.
Sharon puede continuar gobernando con una estrecha coalición basada en pequeñas facciones de extrema derecha, aunque un Gobierno de ese tipo es altamente inestable.
La crisis, la más grave en los 20 meses de gobierno de Sharon, podría afectar las gestiones norteamericanas para imponer un plan de paz en tres fases que contempla un gobierno provisional palestino para el 2003 y la plena independencia el 2005.
Las elecciones israelíes retrasarían el plan y los socios derechistas en una coalición de Sharon seguramente se opondrán a muchas de las condiciones, como el congelamiento de los asentamientos y un repliegue significativo israelí.
Los acontecimientos en el campo palestino sugieren también que el plan de paz encontrará dificultades. La propuesta establece una amplia reforma del Gobierno palestino y sus servicios de seguridad.
Sin embargo, los palestinos indicaron el martes que aceptarían cambios más modestos; el Parlamento aprobó un nuevo gabinete sin grandes cambios y en el que figuran solamente tres ministros nuevos.
Los gobiernos de coalición israelíes son crónicamente inestables y plagados de luchas intestinas. Ningún Gobierno ha completado su mandato desde la década de 1980 y el país ha tenido cinco primeros ministros en los últimos siete años.