CARACAS.- Los venezolanos parecieron olvidar este martes las festividades navideñas y se mantenían en largas filas frente a las gasolineras o supermercados, en busca de combustible para sus automóviles o alimentos para sus familias.
Las fiestas navideñas sorprendieron a los venezolanos polarizados en dos grupos hasta ahora irreconciliables: quienes piden la salida del Presidente Hugo Chávez y quienes apoyan su permanencia en el poder.
Mientras tanto, en el vigesimotercer día de paro opositor, el Gobierno persistía en restablecer las operaciones de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) con el reforzamiento militar en las instalaciones petroleras y el despido de 90 ejecutivos declarados en huelga.
"La Navidad no es bonita. Es una Navidad amarga", dijo el jefe de la mayor central sindical, Carlos Ortega, al referirse a la difícil situación que enfrenta el país.
Agregó que la oposición sólo está dispuesta hablar de una tregua propuesta por el gobierno si el presidente Chávez accede a adelantar las elecciones.
"Chávez provocó el paro y está en la obligación de buscarle solución que no es otra que la salida electoral", indicó Ortega durante una rueda de prensa.
Sostuvo que la población seguirá en "lucha combativa" hasta lograr su objetivo que es la salida de Chávez del gobierno de forma "cívica, pacífica, democrática y constitucionalmente".
El presidente de PDVSA, Alí Rodríguez, declaró este martes que en "un par de días" serían restablecidos los suministros de gasolina en el país luego que se normalicen las operaciones de las mayores refinerías y algunos tanqueros lleven combustible hacia los centros de distribución.
Rodríguez dijo a un grupo de periodistas extranjeros que el Gobierno espera restituir la totalidad de las actividades de la corporación durante las dos primeras semanas de enero.
Sin embargo, las largas filas de automóviles, de más de dos cuadras, que se forman frente a las estaciones de gasolina de la capital y las principales ciudades venezolanas, dan cuenta de que los esfuerzos emprendidos por el gobierno para restablecer las actividades de PDVSA no han surtido efecto aún.
Tropas de la Guardia Nacional tomaron esta madrugada la sede administrativa de PDVSA en la ciudad de Maracaibo, que está a unos 500 kilómetros al oeste de Caracas y es considerada la capital petrolera del país.
La toma militar de la instalación de la corporación generó protestas entre los trabajadores petroleros declarados en huelga quienes protagonizaron manifestaciones callejeras en los alrededores del edificio.
Rodríguez expresó que para enfrentar las pérdidas por más de 1.300 millones de dólares generadas por el paro, PDVSA reducirá gastos y pasará a retiro a algunos empleados.
A los despidos de cuatro altos gerentes de PDVSA, identificados como líderes de los trabajadores, se sumó esta semana el del director ejecutivo de exploración y producción de la corporación, Luis Vielma.
Uno de los líderes de los empleados declarados en huelga, Juan Fernández, informó este martes que Rodríguez ordenó el retiro de 90 gerentes y trabajadores medios de PDVSA.
Para tratar de quebrar el conflicto en la industria petrolera, considerada el corazón económico del país, el gobierno suplantó los altos ejecutivos de las mayores plantas petroleras por personal de confianza.
Rodríguez indicó que a consecuencia del paro la generación de crudos de Venezuela descendió a menos de 700.000 barriles al día.
Venezuela, que es el quinto productor del mundo, producía antes del inicio del conflicto cerca de 3 millones de barriles diarios.
El presidente de la Federación Nacional de Expendedores de Gasolina, Juan Vaquero, dijo que cerca del 90% de las estaciones de servicio de Caracas no tienen combustible.
En declaraciones a la televisora Globovisión, Vaquero explicó que el Ministerio de Energía y Minas diseñó un plan de contingencia que prevé el abastecimiento de un tercio de las 1.800 estaciones del país, pero precisó que ese convenio no se está cumpliendo.