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Preparan a niña sirena de Perú para inusual operación

"Cuando la vi por primera vez sentí dolor. Pensé en ese momento qué iba a ser de su vida. Si me la quitaba Dios o no, si iba a vivir o no", cuenta la madre de la bebé, Sara Arauco, de 19 años.

12 de Febrero de 2005 | 12:12 | AP
LIMA.— Milagros Cerrón sonríe, balbucea y se mueve inquieta en los brazos de su madre tal como lo hace una bebé saludable de nueve meses de edad. Pero ella no es común: nació con una extraña malformación que le aprisiona las piernas en un saco de piel, dándole la apariencia de una sirena.

"Cuando la vi por primera vez sentí dolor. Pensé en ese momento qué iba a ser de su vida. Si me la quitaba Dios o no, si iba a vivir o no", cuenta la madre de la bebé, Sara Arauco, de 19 años.

La niña, que aparenta tener unos cuatro meses menos de su edad real, nació con un defecto congénito, conocido como sirenomelia, que se presenta en uno de cada 70.000 nacimientos y del que es el tercer caso de un niño con esta malformación vivo en el mundo.

Los bebés con sirenomelia normalmente mueren a los pocos días de nacidos por serios defectos de sus órganos o por complicaciones de una disfunción renal, pero Milagros sobrevivió y un equipo de médicos peruanos ha visto en ella a la candidata perfecta para una operación sin precedentes en Perú que consistirá en separar sus piernas y tratarla durante varios años para que se desarrolle como una niña normal.

"En Perú éste es el primer caso que vamos a tener registrado porque generalmente estos niños mueren antes de los 7 a 10 días... Experiencia en el mundo no la hay en grandes cantidades. Esta será única también en nuestro país", dijo el doctor Luis Rubio, jefe del equipo médico que prevé operar a la bebé en marzo.

Tiffany Yorks, una estadounidense nacida con sirenomelia —que hoy tiene 16 años— fue intervenida cuando bebé para separarle sus piernas con éxito, y en esta experiencia se basarán los médicos peruanos para operar a Milagros.

Médico estadounidense

Rubio y su equipo establecieron contacto con el médico estadounidense Mutaz Habal, que operó a Yorks, y han recibido de él valiosas sugerencias que aplicarán en el caso de la bebé peruana.

"Quisiéramos soñar con que Milagros pudiera correr, caminar, jugar como cualquier niño normal", dijo Rubio.

"La niña tiene en este momento un extraordinario desarrollo psicomotor; tiene una relación maravillosa con el medio, con sus padres, balbucea palabras y tiene una personalidad propia. Eso está en ventaja en nuestro proyecto quirúrgico, porque estaríamos asociando bien un desarrollo neurológico y un cerebro bien hecho", señaló.

Al momento que es sentada sobre una camilla, Milagros inmediatamente busca moverse, apoyándose en sus dos manos, y luchando por mantener el equilibrio, algo que le es difícil al tener las piernas unidas hasta el talón.

Luego se voltea, se echa boca abajo y empieza a arrastrarse, impulsándose con los brazos y con sus pequeños pies que miran hacia afuera, como una aleta de pez, en una curiosa escena que recuerda a las sirenas de las películas.

Al lado su padre, Ricardo Cerrón, de 24 años, mira con ternura a su única y primera hija.

"La verdad al ver que mi bebé había nacido así fue para mí una desesperación", dice Cerrón, quien dejó a su esposa recuperándose del parto y partió con la niña a Lima para buscar ayuda médica.

Los esposos, de condición muy humilde, vivían en Chupaca, un distrito de la ciudad andina de Huancayo, a 200 kilómetros al este de la capital peruana.

Cerrón, técnico electricista, se encontraba sin trabajo cuando nació Milagros. Al llegar a Lima fue empleado en uno de los hospitales de la Solidaridad, que financia la municipalidad de Lima, y donde será operada la bebé.

Debido a que Milagros tiene un corazón y pulmones en perfecto estado, los médicos confían en que la operación que le practicarán no implicará riesgos para su vida, ya que el trabajo quirúrgico se centrará en partes blandas, que no comprometen órganos vitales, dice Rubio.

Sin embargo, Milagros presenta un riñón derecho deforme y uno izquierdo muy pequeño situado fuera de lugar, a la altura de uno de sus ovarios.

Además sus aparatos digestivo, urinario y genital comparten un único canal de desfogue, razón por la cual desde que nació la bebé, los médicos han luchado incesantemente contra sus frecuentes infecciones renales, dijo Rubio.

El médico estima que la intervención quirúrgica tomará unas cinco horas en las cuales el primer objetivo será desenredar la red de arterias y venas que rodea las piernas de la bebé y así poder independizarlas.

Como paso previo a esta operación, la niña tuvo que ser intervenida por tres horas y media el martes 8 de febrero para colocarle entre las piernas tres bolsas de silicona, a la altura de los tobillos, las rodillas y en el encuentro de los muslos. Las bolsas son alimentadas con suero fisiológico cada tres días de manera de estirar la piel y obtener tejido suficiente para cerrar los cortes que deje la intervención en la que serán separadas las extremidades de la bebé.

Los médicos prevén que unos años más realizarán la reconstrucción de los genitales y aparato urinario de Milagros.

Rubio dijo que la niña va a necesitar un seguimiento de 10 a 15 años por parte de médicos pediatras, ginecólogos, urólogos, inclusive psicólogos y psiquiatras, que se ocuparán de desarrollar su autoestima y la relación con su entorno.

La madre de Milagros ha depositado todas sus esperanzas en el éxito de la operación.

"Tengo mucha fe en que va a salir bien mi hija, que va a estar bien, que me va a seguir acompañando, que va a ser como una niña normal", dijo Arauco.
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