CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI saludó hoy en el Vaticano a una delegación compuesta por medio centenar de rabinos, que asistieron en la plaza de San Pedro a la audiencia general de los miércoles.
El Pontífice les saludó con gran cordialidad y habló con los rabinos judíos durante varios minutos.
Los rabinos participan en la localidad romana de Castel Gandolfo en un simposio internacional judío cristiano, organizado por el Movimiento de los Focolares.
En el congreso participó hoy el cardenal Walter Kasper, presidente de la Pontificia Comisión para el diálogo, quien resaltó que Benedicto XVI ha escrito numerosos documentos sobre las relaciones entre las dos religiones y que da gran importancia a la profundización de las relaciones.
El pasado 21 de abril, dos días después de ser elegido Papa, Joseph Ratzinger envió un mensaje al rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, en el que hizo votos para que continúe el diálogo entre las dos religiones ’’y se refuerce la colaboración con los hijos e hijas del pueblo judío’’.
’’Al anunciarle mi elección y la inauguración solemne de mi pontificado el domingo 24 de abril, confío en la ayuda del Altísimo para continuar el diálogo y reforzar la cooperación con los hijos y las hijas del pueblo hebreo’’, escribió Papa Ratzinger.
Di Segni se mostró complacido por el mensaje, ’’tan rápido y tan significativo’’.
El pasado 8 de mayo, Benedicto XVI envió un mensaje al rabino jefe emérito de Roma, Elio Toaff, al que expresó su voluntad de ’’continuar el diálogo’’ que éste mantenía con el fallecido Juan Pablo II, al tiempo que le agradeció ’’las buenas relaciones tejidas con la Santa Sede’’.
En un mensaje con motivo del 90 cumpleaños de Toaff, el Papa Ratzinger destacó la ’’ocasión para renovar el compromiso de continuar el diálogo entre nosotros, mirando al futuro con confianza’’.
Tras evocar los estrechos lazos que Toaff, cuando era rabino jefe, forjó con Juan Pablo II, Benedicto XVI se refirió a la histórica visita que Karol Wojtyla realizó a la sinagoga de Roma el 13 de abril de 1986, la primera vez que un Pontífice pisaba un templo judío.
