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Más de 200 presos rusos se cortan las venas en acto de protesta

Las torturas y las palizas llevaron a un estado de desesperación a los detenidos quienes se abrieron simultáneamente las venas del cuello, brazos y piernas.

28 de Junio de 2005 | 11:41 | DPA
MOSCÚ.- Las torturas y las palizas llevaron a un estado de desesperación colectiva a 240 presos de una cárcel de Rusia que se abrieron simultáneamente las venas del cuello, brazos y piernas, según informaron hoy las autoridades judiciales de la región de Kursk.

La sangrienta protesta tuvo lugar durante la noche en una cárcel de la ciudad de Lgov, a 500 kilómetros al sur de Moscú, donde previamente se había registrado un "uso injustificado de violencia" contra algunos de los prisioneros, según la fiscalía.

Frente a las puertas de la cárcel protestaron 50 familiares de los presos por las condiciones de la institución penitenciaria. "Tenemos miedo de que los parientes sean repelidos con violencia por la policía", dijo una portavoz de la organización por los Derechos Humanos en Moscú.

Según esta entidad, hasta 500 prisioneros se causaron heridas, una cifra que no ha sido confirmada oficialmente. Las autoridades judiciales hablaron en un principio de 179 heridos. En la cárcel de Lgov cumplen largas sentencias condenados por robo, estafa y otro tipo de crímenes.

Según las autoridades judiciales, ninguno de los heridos corre peligro de muerte. "La acción estuvo muy bien planeada. Fue realizada de manera simultánea en diez sectores de la cárcel", dijo la fiscalía de Kursk.

Condiciones infrahumanas

En la mayoría de las prisiones preventivas y cárceles de Rusia hay condiciones de vida infrahumanas. Diez o más presos deben compartir minúsculas celdas y debido a la falta de presupuesto, su alimentación es escasa. Sólo quien logró acumular una buena fortuna durante su época de libertad puede permitirse algunos privilegios en la cárcel.

Rusia tiene una de las mayores tasas de población carcelaria del mundo, pues casi un millón de personas están tras las rejas, lo que supone más del 1 por ciento de la población adulta del país.

Entre los mayores problemas del sistema penitenciario ruso se cuentan las altas tasas de enfermedades. Según cifras oficiales, uno de cada diez presos padece tuberculosis y uno de cada 20 está infectado con el VIH.
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