PEKÍN.- Los equipos de rescate encontraron los cadáveres de los 14 mineros atrapados ayer tras una explosión de gas grisú en un pozo hullero de la provincia suroccidental de Guizhou, informó hoy la prensa local.
Cinco picadores murieron en el momento de la explosión y los otros nueve murieron asfixiados a causa de la elevada densidad de monóxido de carbono, según un portavoz de la oficina provincial de supervisión de seguridad en las minas de carbón.
La explosión se produjo debido a una acumulación de gas grisú provocada por el colapso de un pozo de ventilación, según la agencia oficial Xinhua.
El accidente se produjo en la mina de Fengxiangpo, con una producción anual de 30.000 toneladas y gestionada por las autoridades del condado de Kaiyang, a 86 kilómetros de la capital provincial, Guiyang.
Según las autoridades locales, se trata de un pozo con licencia de categoría C, lo que significa que cumple con los estándares de seguridad requeridos por la administración china.
Las posibilidades de sobrevivir en las explosiones de gas grisú son normalmente bajas, debido a que su inhalación provoca la muerte en poco tiempo, según el diario oficial "China Daily".
En la primera mitad de este año, los accidentes en las minas de carbón se llevaron 2.672 vidas, el 3,3 por ciento más que en el mismo periodo de 2004 y a pesar de todas las medidas puestas en marcha por el Gobierno que, hasta el momento, se están mostrando ineficaces debido en buena medida a que nadie vigila que se cumplan.
Las minas chinas son las más peligrosas del mundo, con 8.725 muertos en 2004, de los que más de 6.000 perecieron en los pozos hulleros, según cifras oficiales.
Sin embargo, fuentes no gubernamentales elevan la cifra hasta 20.000 muertos al año, ya que, a veces, los dueños de los pozos siniestrados ocultan los accidentes para evitar su cierre.
