BAGDAD.- Unos 3.500 soldados estadounidenses e iraquíes lanzaron el sábado una nueva ofensiva en el oeste de Irak, con insurgentes de la red Al Qaeda en la mira y tras el objetivo de mejorar la seguridad de cara a las elecciones del 15 de diciembre.
La operación "Cortina de Hierro" es una de las mayores de una serie de ofensivas lanzadas este año en la provincia occidental sunita de Anbar, uno de los principales bastiones de violencia contra el gobierno liderado por los chiítas y los kurdos y respaldado por Estados Unidos.
Los militares cerraron carreteras y restringieron los movimientos en los alrededores de las localidades de Qaim y Qusayba, dijeron residentes, en momentos en que los iraquíes celebran un festivo que marca el fin del Ramadan.
"Los objetivos de la operación Cortina de Hierro son restaurar la seguridad a lo largo de la frontera sirio-iraquí y destruir a la red Al Qaeda que opera en Qusayba", dijo el ejército en un comunicado.
Los militares estadounidenses han advertido que las elecciones de diciembre podrían provocar un aumento de la violencia entre los insurgentes, que buscan alterar los comicios.
La enorme provincia occidental de Anbar ha sido escenario de algunos de los combates más duros desde que una coalición liderada por Estados Unidos invadió Irak en marzo del 2003.
"Al Qaeda en Irak utilizó la porosa frontera de la región para ingresar ilegalmente al país combatientes extranjeros, dinero, equipamiento, para usarlos en sus constantes ataques contra el pueblo iraquí y las fuerzas de la coalición", dijo el comunicado del ejército.
El ala militar de Al Qaeda en Irak renovó el viernes su amenaza de matar a los enviados extranjeros en Bagdad, un día después de decir que ejecutaría a dos rehenes de la embajada de Marruecos que fueron capturados cuando se trasladaban por Anbar desde Jordania.
Intimidación
En un referendo constitucional celebrado el 15 de octubre, el nivel de participación fue bajo en la región. El ejército señaló que uno de los objetivos de la ofensiva era neutralizar la "intimidación" de los insurgentes sobre la población local y dar más seguridad para que los residentes puedan votar en las elecciones de diciembre.
Unos 1.000 solados iraquíes formaban parte de la operación junto con 2.500 efectivos estadounidenses.
"La operación Cortina de Hierro marca el primer uso a gran escala de unidades múltiples de fuerzas del ejército iraquí junto con fuerzas de la coalición en el último año", sostuvo el comunicado.
En otras zonas del país, continúan también los ataques insurgentes contra las fuerzas estadounidenses. Tres soldados norteamericanos murieron el viernes, dos en Bagdad y uno en Habbaniya, al oeste de Bagdad, cerca de Faluya.
