Kenneth Boyd. |
La cama mortal, donde el condenado recibió la inyección letal. |
RALEIGH, Estados Unidos.- Estados Unidos ejecutó hoy al milésimo prisionero desde que se restableció la pena de muerte, en 1976, cuando Kenneth Boyd, de 57 años, recibió una inyección letal en la prisión central de Raleigh (Carolina del Norte, sudeste).
"El director de la prisión Marvin Pol anunció la muerte de Boyd a las 02:15" (7:15 GMT), informó el Departamento Penitenciario de Carolina del Norte en un comunicado.
"Sólo quiero pedir a Kathy, mi nuera, que se ocupe de mi hijo y de mis nietos. Que Dios bendiga a todos los que están aquí", fueron las últimas palabras del condenado a muerte.
El reo fue ejecutado con una inyección letal.
Los pedidos de clemencia de último minuto fueron rechazados por los tribunales norteamericanos y por el gobernador de Carolina del Norte.
Boyd fue declarado culpable y sentenciado a la pena capital en 1994 por haber asesinado, seis años antes, a su esposa, de la cual estaba separado, y a su suegro.
"Esta noche se ha hecho justicia", declaró el sheriff Sam Page a los periodistas congregados fuera de la prisión.
Unas 200 personas que manifestaban contra la pena de muerte, incluyendo a un grupo de Amnistía Internacional, se reunieron fuera de la cárcel de Raleigh antes de la ejecución de Boyd. Dieciséis personas fueron arrestadas por tratar de entrar a la prisión.
La Corte Suprema de Estados Unidos falló en 1976 que la Constitución, que prohíbe los castigos crueles e inusuales, permitía las ejecuciones.
"La ejecución número 1.000 es un acontecimiento significativo en los 30 años que la nación experimenta la pena capital", afirmó Richard Dieter, el director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, cuya sede se encuentra en Washington.
"Pero no indica un aumento o un fuerte respaldo de la aplicación de la pena capital", agregó Dieter. "Esto marca un hito en una época en que el país se aleja rápidamente del uso de la pena de muerte", dijo.
Tres mil personas esperan correr la misma suerte
Si bien unas 3.000 personas se encuentran actualmente en espera de la aplicación de la sentencia de la pena capital en las prisiones norteamericanas, las estadísticas muestran un descenso de 50% en el número de condenas a muerte desde fines de 1990, y una caída de 40% en las ejecuciones desde que llegaron a 98 en 1999. El año pasado se registraron 59 ejecuciones.
La pena de muerte ha sido criticada después de que un creciente número de reos que esperaban su ejecución fueron declarados inocentes luego de ser juzgados culpables. En los 32 últimos años, 122 reos que esperaban la ejecución fueron absueltos y liberados.
El mes pasado, una encuesta de Gallup mostró que 64% de los estadounidenses siguen estando en favor de la pena de muerte, contra 80% en los años '90.
