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Perfil del chileno que asumió el mando de la misión de la ONU en Haití

Aldunate, que desde hoy asumirá el mando interino de las fuerzas de paz en Haití, enfrentó durante el último año una serie de acusaciones de las cuales, sin embargo, la Justicia chilena lo exculpó.

07 de Enero de 2006 | 13:11 | El Mercurio en Internet

El General Eduardo Aldunate Herman.
SANTIAGO.- El teniente general Eduardo Aldunate Herman, que asumió hoy el mando interino de las fuerzas de paz en Haití tras la muerte del general brasileño Urano Teixeira Da Matta Bacellar, hasta ese momento comandante militar de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), había llegado a ese país en septiembre pasado.

En ese entonces asumió como segundo comandante de los siete mil "cascos azules" de 21 países que actualmente se encuentran en Haití. El alto oficial reemplazó al general argentino Eduardo Alfredo Lugani, quien permaneció durante un año en este cargo de la fuerza militar de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de ese país (Minustah).

Aldunate ingresó a la Escuela Militar en 1971 egresando como oficial de la Arma de Infantería en 1973. Tiene el cargo de oficial de Estado Mayor y se desempeñaba además de profesor de la Academia en las asignaturas de Estrategia e Historia Militar.

En sus últimas destinaciones se ha desempeñado como Comandante del Regimiento de Infantería N° 17 "Los Ángeles", Director de la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales, Profesor en el Colegio Interamericano de Defensa y Director General de Movilización Nacional. Es casado y padre de cuatro hijos.

En noviembre pasado, Aldunate debió enfrentar denuncias de organizaciones de derechos humanos, que lo acusaban de haber formado parte de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), y pedían su suspensión inmediata.

Aldunate admitió que perteneció a la Central Nacional de Informaciones (CNI) durante algunos meses, en 1978, pero sin haber participado nunca en alguna operación contra opositores al régimen militar.

Otras acusaciones en su contra apuntaban al asesinato del español Carmelo Soria, funcionario de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en 1976 y los dichos del suboficial (r) Carlos Labarca, que lo involucró en 1993 con la brigada "Mulchén", de la Dina.

Aldunate fue exculpado de la muerte de Soria, y Labarca se retractó de sus dichos.

El general tuvo gran presencia pública en los últimos años, cuando le correspondió dirigir la Dirección de Movilización Nacional y colaborar en el rescate de los soldados fallecidos en Antuco.
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