APIA.- Los 1.500 habitantes del archipiélago de Tokelau, que se extiende sobre un territorio de 12 kilómetros cuadrados, tienen una cita con la historia estos días en un referéndum de varios días para decidir su independencia de Nueva Zelanda y convertirse en el Estado más pequeño del planeta.
Situado a medio camino entre Nueva Zelanda y Hawai, Tokelau está integrado por los atolones Atafu, Nukunonu y Fakaofo, desparramados a lo largo de 12,2 km2 en aguas del Pacífico sur en los que viven 1.500 personas. Otros 5.000 tokelanos han emigrado a Nueva Zelanda, que financia el 80% de su presupuesto.
El minúsculo territorio no tiene ni capital ni puerto ni aeropuerto, pero ha decidido pronunciarse sobre "la autonomía en el marco de un estatuto de libre asociación con Nueva Zelanda", como ya lo hicieron las islas Cook (15.000 habitantes) y Niue (2.000 habitantes).
El referéndum, que se llevará a cabo durante varios días, se inició el sábado en la capital de las islas Samoa, Apia, donde están inscritos temporalmente 90 electores tokelenses, la mayoría funcionarios, estudiantes y enfermos que han sido traslados allí para recibir tratamiento.
Los responsables electorales y un equipo de observadores de Naciones Unidas tenían por delante 28 horas de viaje en barco, la única forma posible para recorrer los 500 km que les separan de Tokelau.
El lunes, votarán los habitantes del atolón de Atafu, y los de Nukunonu y Fakaofo lo harán después. Los resultados se darán a conocer el miércoles por la noche.
En total, 615 electores están inscritos.
Bandera e himno propio
Si dos tercios de los electores votara a favor del 'sí', Tokelau dispondría de su propio himno nacional y bandera, pero antes tiene que buscar una, para lo que ha convocado un concurso. El traspaso de poderes se produciría probablemente en julio, según las autoridades.
Nueva Zelanda, que administra los atolones desde hace 80 años, seguiría siendo responsable de la defensa de las islas, lo que impediría a Tokelau convertirse en miembro de Naciones Unidas, aunque el nuevo Estado podría formar parte de otras organizaciones internacionales.
Los responsables neozelandeses y tokelanos no quieren hacer pronósticos sobre el resultado. Algunos tokelanos temen que su país sea incapaz de hacer frente a sus propias necesidades sin Nueva Zelanda.
"Algunos se preguntan si es el buen momento", explica desde Apia Falani Aukuso, responsable de los servicios gubernamentales.
No obstante, Nueva Zelanda ha prometido mantener el nivel de vida al que contribuye en los atolones.
Tokelau dispone de ingresos propios gracias a las licencias de pesca, artesanía, venta de sellos o a la producción de nuez de coco, que se suman a los 4 millones de dólares que cada año envía Nueva Zelanda. También cuenta con una empresa de inversiones, que tiene un capital de 3 millones de dólares.