SAN JUAN DE SABINAS, México.- Con tristeza y desolación se iniciaron hoy los trabajos preparatorios para recuperar los cadáveres de los 65 mineros que fallecieron atrapados en un yacimiento carbonífero del norte de México, tras una explosión de gas grisú ocurrida el 19 de febrero.
La delicada tarea de barrenar en la superficie para sacar el gas metano y luego ventilar los túneles e intentar excavar en busca de los fallecidos, mantiene en vilo a los familiares de los trabajadores.
A pesar de que la mayoría de los familiares se retiraron de las afueras del yacimiento tras el anunció de la muerte de los trabajadores, algunas personas insistían hoy en permanecer en la oficina administrativa del lugar, a la espera de que se rescaten los cadáveres.
La empresa propietaria del yacimiento prometió una indemnización de 750 mil pesos (70 mil dólares) por cada uno de los fallecidos, además de otorgar becas de estudio para sus hijos.
Después de seis días en los que se intentó rescatar con vida a los mineros, el Grupo México, firma propietaria de la veta ubicada en el estado de Coahuila, declaró que éstos murieron de manera instantánea el día del accidente debido a la onda expansiva de la ignición, que alcanzó temperaturas de hasta 600°C.