NUEVA JERSEY.- "En caso de que haya olvidado cómo se veía mi madre, míreme a los ojos ahora", le dijo Richard J. Stoecker a Charles Cullen, quien fue sentenciado a cadena perpetua por 22 asesinatos y el intento de homicidio de tres personas más en Nueva Jersey.
La audiencia fue la primera oportunidad que tuvieron los parientes de las víctimas para enfrentar al asesino en la corte, y unos 60 se presentaron.
Muchos esperaban que Cullen les explicara por qué cometió los crímenes, pero su defensor público dijo que eso sería poco probable.
"Siempre será conocido como el monstruo", le dijo Dolores Stasienko, de 59 años, con una foto de su padre, Giacomino "Jack" Toto, de 89 años, asesinado en el 2003. La madre de Stoecker murió asesinada el mismo año.
Cullen, vestido con camisa gris y suéter negro, permaneció calmado y cruzado de brazos en la corte.
El asesino admitió haber usado dosis letales de medicamentos para matar a sus pacientes. Cuando fue arrestado en diciembre del 2003 dijo que mató a pacientes "muy enfermos", pero en realidad algunos no estaban enfermos de gravedad.
Cullen ha dicho a los investigadores que quizá mató hasta 40 personas durante su carrera como enfermero, que empezó en 1987. Más adelante será sentenciado por siete homicidios y tres intentos de asesinato en Pensilvania.
El ex enfermero, de 46 años, se declaró culpable como parte de un acuerdo inusual, según el cual ayudaría a los investigadores a resolver los crímenes que cometió en 10 instituciones médicas, a cambio de que los fiscales en los siete condados donde trabajó no pidieran la pena de muerte.