GINEBRA.- La ONU y la Cruz Roja Internacional acordaron hoy en Ginebra ponerse al frente de la gestión de la ayuda destinada a las miles de víctimas del terremoto en Indonesia y elaborar una lista de prioridades, mientras los equipos de socorro comenzaban a llegar al lugar de la catástrofe.
"Las necesidades más acuciantes, que deben satisfacerse en tres días, comprenden tres hospitales de campaña, con una capacidad de 100 camas cada uno, material médico ortopédico, generadores (eléctricos) y tiendas de campaña", explicó Elisabeth Byrs, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
La Federación Internacional de la Cruz Roja está dispuesta a suministrar rápidamente 10.000 tiendas de campaña pero "se necesitarán más", añadió Byrs al término de una reunión esta tarde en Ginebra.
Las agencias internacionales y las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) habían sido muy criticadas por su falta de coordinación tras el tsunami de diciembre de 2004.
El coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, Jan Egeland, aseguró que esta vez las ayudas llegarán "más rápidamente". "En esta ocasión, será más fácil porque Java no está tan lejos como Aceh", la región indonesia más azotada por el maremoto de 2004, declaró a la televisión estadounidense CNN.
La reapertura del aeropuerto de Yogyakarta, localidad sacudida el pasado sábado por el terremoto, facilita la llegada de la ayuda. Parece que las autoridades han aprendido la lección, pues en los días siguientes al tsunami la obstrucción de los aeródromos había ralentizado las operaciones de socorro.
El sismo del sábado afectó a una zona densamente poblada, situada al sur de Yogyakarta, dejando un saldo provisional de 5.136 muertos y más de 20.000 heridos, según el gobierno indonesio.
Según un comunicado de la OCHA, más de 25.000 casas resultaron dañadas y 4.000 de ellas quedaron destruidas. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estima que 130.000 personas se han quedado sin hogar.
Tan pronto como las autoridades de Yakarta pidieron oficialmente ayuda a la comunidad internacional, fue enviada una misión de evaluación, integrada por siete expertos de la ONU, a la provincia de Yogyakarta para tasar los daños y determinar las necesidades básicas de la población.