RIEGELWOOD.- Los sobrevivientes revisaban el viernes los restos de sus casas luego de que un tornado mató a ocho personas en esta población costera, la zona más afectada luego de una devastadora tormenta que barrió el noreste del país.
El gobernador Mike Easley recorrió la zona afectada mientras equipos de expertos revisaban lo que quedó de un estacionamiento de casas móviles y varias viviendas de ladrillo arrasadas por la tormenta.
Más de la mitad de los 20 heridos a consecuencia del paso del tornado por Riegelwood continuaban hospitalizados el viernes, entre ellos cuatro niños, que de acuerdo con Easley estaban "en estado muy, muy grave’’.
El gobernador declaró un estado de desastre en el condado de Columbus, permitiendo que los afectados por la tormenta pidan ayuda del gobierno estatal. Indicó que no parecía que el daño en Carolina del Norte superará el umbral de 8,9 millones de dólares requerido para recibir ayuda federal, pero le aseguró a los pobladores que buscaría fondos estatales si los destrozos no son por cantidades mayores a esa cifra.
Las letales tormentas generaron destrucción durante tres días en una franja territorial entre Luisiana y Maine, dejando un total de 12 muertos, apagones y calles inundadas.
Cientos de personas en Nueva York y decenas de ellas en Maryland tuvieron que ser rescatadas el jueves de casas y automóviles donde quedaron atrapados por inundaciones sorpresivas. La mayor parte de Maine se encontraba todavía el viernes bajo una alerta de inundación.
El comisario del condado de Columbus, Chris Batten, dijo que las autoridades pusieron fin a la búsqueda de cadáveres la noche del jueves y que habían sido localizados todos los desaparecidos.
Los sobrevivientes, mientras tanto, empezaron a recoger las pocas pertenencias que pudieron rescatar de los escombros de sus casas.
Darryl McNair estaba durmiendo cuanto el tornado lanzó su casa móvil hasta el patio de su vecino, al otro lado de la calle.
"Pude sentir la casa moverse. Toda mi vida estaba en esa casa. Todo lo que yo era estaba allí. ¿Como puede uno perder todo en tan poco tiempo? Luché para reunirlo y ahora está regado por la calle como si fuera cualquier cosa’’, dijo McNair, de 34 años, mientras era presa de las lágrimas al buscar sus cosas entre los escombros.