WASHINGTON.- El presidente de EEUU, George W. Bush, prometió hoy a los periodistas que de ahora en adelante se abstendrá de dar masajes a los dignatarios con los que se reúna.
En una conferencia de prensa, ofrecida tras reunirse con la canciller alemana Angela Merkel, Bush manifestó que “ya no voy a masajear espaldas".
Merkel, quien recibió uno de sus masajes en julio del año pasado, se limitó a sonreír tímidamente.
Bush provocó críticas de los estadounidenses, que son muy severos ante el contacto físico no requerido, cuando durante una de las reuniones del G-8 en San Petersburgo, sorprendió a Merkel con un gesto de amistad que consistió en darle un masaje en la espalda.
Las imágenes de ese gesto fueron repetidas una y otra vez por la televisión estadounidense y recorrieron el mundo a través de los portales de internet.