MADRID.- En un caso que ha generado fuertes y encontradas reacciones en España, el prisionero del grupo separatista vasco ETA José Ignacio de Juana puso fin este jueves a la huelga de hambre que mantenía desde hace 115 días.
José de Juana terminó su protesta al llegar al hospital Donostia de San Sebastián, en el País Vasco, luego que se le concediera cumplir su condena en régimen de prisión atenuada.
Según la decisión de la justicia española, el detenido, quien cumple una condena por dos artículos que escribió, podrá de ahora en más vivir bajo arresto domiciliario.
Antes, De Juana había pasado más de diez años en prisión por el asesinato de 25 personas.
Juan María Olano, portavoz de Askatasuna, partido que congrega a dos organizaciones independentistas vascas, estuvo con De Juana cuando éste llegó al centro hospitalario.
"Estaba muy cansado, pero a la vez con una alegría contenida. l jamás aceptó un juicio por dos artículos de opinión y planteó esta huelga de hambre contra eso, pero también para que no haya un precedente jurídico que se le pueda platicar al resto de los ciudadanos", dijo.
Pero no todos recibieron la noticia de la nueva clasificación de régimen de condena del ex militante de ETA con “alegría contenida".
En 1974, el padre de Ana Carro era apoderado de un restaurante. Una bomba plantada por ETA acabo con la vida de 13 personas en ese lugar, su padre quedó ciego y al menos otras setenta personas resultaron heridas.
"Como víctima y como ciudadana siento tristeza e impotencia que hayan tomado esta decisión con un asesino que jamás se ha arrepentido, nos sentimos menospreciados por el presidente del gobierno", dijo Carro, ahora miembro de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en España.
Mañana se llevará a cabo una concentración frente al ministerio del interior español para mostrar el rechazo al traslado de De Juana.