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España: Trasladan de hospital a tetrapléjica que recibió permiso de morir

Tras las críticas de la iglesia, un hospital español dependiente de una orden religiosa decidió hoy trasladar a una paciente tetrapléjica que recibió el permiso de las autoridades para ser desconectada del respirador que la mantiene con vida.

14 de Marzo de 2007 | 11:29 | DPA

Granada.- Tras las críticas de la jerarquía católica, un hospital español dependiente de una orden religiosa decidió hoy trasladar a un centro sanitario público a una paciente tetrapléjica que recibió el permiso de las autoridades para ser desconectada del respirador que la mantiene con vida.


La paciente, Inmaculada Echevarría, expresó el deseo de morir en el hospital San Rafael de Granada, en el sur del país, porque es allí donde permanece postrada en una cama desde hace diez años, y este centro inicialmente anunció que accedería a la petición, lo que generó duras críticas de la Conferencia Episcopal por considerar que se trata de un caso de eutanasia, práctica ilegal en España.


Tras la desaprobación de la jerarquía católica, el hospital, perteneciente a la orden San Juan de Dios, finalmente decidió hoy el traslado de Echevarría, de 51 años, quien de esta forma morirá en un centro sanitario público aledaño, donde seguirá siendo tratada por su equipo médico habitual.


Hace dos semanas, el gobierno regional de Andalucía dio el visto bueno a la petición de Echevarría, argumentando que la desconexión del respirador no es equivalente a la eutanasia sino que supone una interrupción voluntaria del tratamiento terapéutico.


Echevarría sufre una distrofia muscular progresiva y lleva diez años inmóvil en una cama, conectada a un respirador. El 20 de noviembre pasado reivindicó el derecho de morir.


"No quiero seguir viviendo así, no acepto que haya medios que mantengan mi vida", declaró entonces.


El primado de la Iglesia católica en España, cardenal Antonio Cañizares, advirtió que desconectar a esta mujer supondría "un atentado contra la dignidad y la vida humana", mientras que el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, consideró que equivaldría a una "pena de muerte".


Por su parte, el portavoz de los obispos, el jesuita Juan Antonio Martínez Camino, sostuvo que la vida humana "nunca puede ser eliminada ni por acción ni por omisión".

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